Crítica de mother!

La relación de una pareja es puesta a prueba cuando huéspedes sin invitación llegan a su casa, irrumpiendo en su tranquila existencia.

Después del fracaso que representó la tan ajena Noah (2014), Darren Aronofsky consiguió tomar impulso para volver a pergeñar un film de su retorcida mente. mother! representa la incursión del director en el género de terror, pero de la forma que solo su estilo tan personal puede crear con sus personajes adictos, objetos en detalles, diálogos obsesivos, ambiente hostil y una realidad deformada. Jennifer Lawrence y Javier Bardem protagonizan una producción que cuanto más intensidad va logrando, más difícil resulta de ver.

La aparición del matrimonio que interpretan Michelle Pfeiffer y Ed Harris desata un conflicto, que se enmarca dentro de una atmósfera misteriosa que ya es mal forzada por el director desde el comienzo. El tenor agobiante y sombrío que baña al film desde el inicio hasta el final se torna una eficiente herramienta para evitar encontrarse con los clásicos golpes de efecto a los que se somete al género, pero por el otro lado le resta protagonismo a aquel lugar donde la dirección de Aronofsky toma vuelo, la dependencia y obsesión de sus personajes.

Más aun, pareciera que después de Black Swan (2010) el neoyorquino le tomó el gustó a esto de los efectos digitales, porque inunda a mother! de ellos. Pero lo que en el film del 2010 funciona para reforzar ciertas metáforas, aquí lo transforma en aparentes analogías que a base de repetición van perdiendo sentido. Es en el cierre donde Aronofsky da rienda suelta al presupuesto del fallido CGI, demostrando su falta de habilidad y experiencia para los mismos.

Cuando sí manifiesta toda su habilidad narrativa es en el tercer acto, donde junto con su habitual director de fotografía Matthew Libatique transmiten la desesperación de una protagonista cuyo nombre no se conoce -interpretada por Lawrence-, que a cada paso que da descubre cómo su casa va convirtiéndose en un símil de refugio salvaje apocalíptico; en tanto que el espectador va hundiéndose en su butaca observando cómo la realidad del relato de pronto ha llegado a ser algo que nunca imaginó.

El director juega de manera dúctil con un conflicto que se va diluyendo en virtud de dar prominencia al desarrollo de la condición terrorífica, sin llegar a ser terror convencional, y la mentalidad insana de parte de todo personaje que pone un pie en la casa. Sin embargo, todo el brillo que Aronofsky logra sacar de allí se ve ennegrecido por una resolución fantasiosa, exagerada y poco acorde a su narración.

mother! redunda en una película más interesante por el estado psicológico de los personajes y un espacio que se enrarece, más que por el conflicto y el miedo que pueda llegar a producir. El experimento del autor encuentra sus puntos más altos justamente en sus sellos personales, algo no extraño teniendo en cuenta los diferentes géneros que encaró a lo largo de su filmografía. Aún con su falta de oxigenación y altibajos, se trata al menos de una curiosa película de Darren Aronofsky, un tipo que siempre llama la atención.

estrella3

 

 

 

 

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