Crítica de El Futuro que viene

El futuro que viene es un viaje emocional hacia el interior de una amistad. Desde el primer amor hasta el primer divorcio, Romina (Fonzi) y Flor (Gamboa) atravesarán las distintas etapas de la vida juntas, problematizando con sus encuentros y desencuentros la esencia de la amistad entre las mujeres.

El cine argentino contemporáneo contiene un conglomerado de pequeñas películas que manifiestan una más que inteligente importancia en la historia y su desarrollo, o que siempre intentan mostrar su valía en determinado aspecto creativo. El Futuro que viene, con guión y dirección de Constanza Novick y producción de Lisandro Alonso (Liverpool, Jauja), no es la excepción.

La narración va sobrevolando casi como displiscente tres distintos momentos de la relación entre dos amigas. Esa forma tiene que ver más con una naturalidad moderna, de dejar que los personajes hablen por sí solos con sus acciones y dichos, y es la excelente caracterización con la que tanto el guión como las actrices llevan a una identificación inmediata con el espectador.

A través de esta historia y en la forma en que Constanza Novick busca desdramatizar las situaciones parece remitir a vestigios de un director como Richard Linklater con su trilogía Before o la sublime Boyhood (2014). Sin embargo, al mismo tiempo los personajes de Romina y Flor acarrean con este condimento trágico que no les permite cambiar lo suficiente como para que su vida sea completamente distinta, sumergiéndose cada vez más en esos patrones cíclicos del cual no pueden salir.

Por otro lado, cabe mencionar las grandes interpretaciones y química que logran Dolores Fonzi y Pilar Gamboa; así como los recursos narrativos modernos por los que opta Novick, como los saltos temporales abruptos, las lagunas narrativas o las ya mencionadas desdramatizaciones, llevando a que el film carezca de un clímax marcado y que casi evite crear una resolución para el conflicto entre estas dos mujeres.

La ópera prima de Novick es más que un sólido debut, dominando creativamente recursos distintos de una narración clásica, para un transcurrir natural de una historia simple, y haciendo formar parte al espectador de esta relación llenando los huecos que hagan falta. En perspectiva es que el título El Futuro que viene toma sentido: al no haber un final, la historia de estas mujeres seguirá, con sus peleas y amores.

estrella4

 

 

 

 

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