Crítica de A Bad Moms Christmas / La Navidad de las Madres Rebeldes

Esta seguirá a las sobrecargadas y poco apreciadas jóvenes madres, en tanto que se rebelan contra los desafíos y expectativas del Super Tazón para las mamás: la Navidad. Y si el tratar de crear una fiesta más perfecta para sus familias no fuera suficientemente difícil, ellas deben hacerlo todo mientras que hospedan y entretienen a sus propias madres.

Habiendo tenido el estreno reciente de Daddy’s Home 2, llega ahora su contrapartida femenina. Se estrena en cines A Bad Moms Christmas, secuela de Madres Rebeldes nuevamente dirigida por Jon Lucas y Scott Moore -guionistas de la exitosa trilogía The Hangover-, y una nueva película que, al igual a la protagonizada por Will Ferrell y Mark Wahlberg, busca encontrar su lugar en la taquilla navideña.

La trama nos sitúa nuevamente en la vida de Amy (Mila Kunis), Kiki (Kristen Bell) y Carla (Kathryn Hahn). Esta vez, en un año donde las tres buscan devolver el simplismo y el famoso «espíritu navideño» a sus fiestas, deben lidiar con la llegada de sus mamás, que sólo van a dificultar las cosas: Ruth (Christine Baranski), madre de Amy, y Sandy (Cheryl Hines) e Isis (Susan Sarandon), de Kiki y Carla, respectivamente. Así comenzarán una serie de enredos y situaciones que pondrán en jaque la relación de las protagonistas con sus propias madres y sus familias.

Sin duda, lo mejor del film son las actuaciones de las madres de las protagonistas. Sin ser los mejores papeles en sus extensas carreras, Sarandon y Baranski demuestran su experiencia y profesionalismo para interpretar personajes. Esto es lo más rescatable y permite desarrollar todos los vínculos de las madres con sus hijas. Cada una atraviesa distintos puntos de relaciones maternales (superficial y competitiva, asfixiante y por ausencia), por lo que la diferencia marca un plus tanto cuando se dan por separado como cuando se juntan todas en una misma escena. Por fuera de eso, el resto del reparto está bien, sumando a Peter Gallagher (The OC) y Wanda Sykes (The New Adventures of Old Christine), pero suelen pasar bastante desapercibidos y casi no afectan a lo que sucede en la historia.

Con un guión centrado en el humor dentro de los diálogos, no funciona en todo momento. De hecho, muchas de las cuestiones son plenamente superficiales, algo que resulta obvio, redundante y poco beneficioso para los protagónicos femeninos en comedias. Sin presentar casi diferencia alguna con su antecesora, la película prefiere repetir su fórmula anterior en casi todos sus aspectos. Puede funcionar, como no. Sin embargo, es destacable el trabajo de cámara, siendo bastante cuidado y prolijo. La música mantiene esa esencia navideña, aunque no logra darse a notar resultará olvidable.

Una vez más, uno empieza a sentirse decepcionado de las películas en épocas de fiestas, sumamente repetitivas y con una receta que pasa de lo divertido a lo redundante, sin intentar diferenciarse una de la otra. Teniendo la posibilidad de lograr algo más, La Navidad de las Madres Rebeldes prefirió mantener todo igual y sólo decorar su secuela con nieve, villancicos y luces de colores. Decepciona, pero ya ni siquiera sorprende que sea así.

estrella25

 

 

 

 

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