Crítica de Perfectos Desconocidos

Noche de verano, noche de luna llena… y de eclipse. Cuatro parejas se reúnen en torno a una mesa para cenar, beber… y olvidar sus pequeños problemas por un rato. Una noche mágica, de amistad y risas. O eso es lo que todos esperan…

Perfectos Desconocidos

Esquizofrénico hombre del siglo XXI, tal como reza el título del grandioso tema de King Crimson. El hombre aislado en su celular, su vida pasa por una pantalla, y su personalidad será distinta dependiendo la imagen que muestre a los demás. Perfectos Desconocidos se encarga, en clave de comedia, de esta enfermedad. El bueno de Álex de la Iglesia toma la posta de esta remake de la italiana Perfetti sconosciuti (2016), y en su puesta en escena se encuentra todo lo que el director vasco suele ofrecer con sus ágiles diálogos chispeantes, hilaridad, teatralidad y muchísimo humor, todo acompañado por su condimento sobrenatural característico.

Aún siendo una adaptación, no debe dejarse de valorar el excelente trabajo del realizador, quien hace propia esta comedia de Paolo Genovese. Perfectos desconocidos no carga con lo siniestro de los relatos del director, solo una premisa sobrenatural, que incluso podría decirse que, al llevarla hasta el extremo tal como lo hace el español, desvía forzadamente el foco de atención del conflicto principal. Sin embargo, esto le permite jugar con una iluminación que poco a poco va cambiando, de igual forma que el film va perdiendo ese tono jocoso en virtud del crecimiento del grotesco del conjunto de personajes.

Perfectos Desconocidos

Un guión que no falla, poco a poco va mostrando la verdadera cara de este conjunto de amigos que creen conocerse perfectamente. Lo fascinante de este cambio es justamente adónde se llega, un lugar en el que el espectador no encuentra pena o tristeza sino locura y agresividad. Por el lado actoral, se logra una gran amalgama entre los siete intérpretes, cada uno logrando llevar a la imagen la caricaturización que hace De la Iglesia de sus personajes. No obstante, destacan un poco sobre el resto los trabajos de Eduard Fernández y Ernesto Alterio.

Otra del realizador vasco, otra obra que merece su visionado y que, sin ser de las mejores, logra cumplir su cometido. De la Iglesia dirige Perfectos desconocidos casi solo con su oficio, pero le basta para que esta remake no sea solo una transpolación del relato desde Italia a España.

estrella35

 

 

 

 

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