Crítica de Cetáceos

Clara y Alejandro se mudan a una casa nueva. Pocos días después, Alejandro viaja por trabajo y Clara se queda sola, rodeada de cajas cerradas. Ese desorden la impulsa a aceptar una serie de invitaciones libradas al azar que la alejarán del mundo encerrado en el que vive.

Cetáceos

Hay algo en lo azaroso de los acontecimientos de la vida cotidiana que es atractivo y hasta cinematográfico. Quizás tenga que ver con zonas de confort que se deshabitan y habitan según estados de ánimo, o con temporadas cargadas de intención de luchar contra el hartazgo y la inconformidad. Cetáceos, la ópera prima de Florencia Percia, tiene bastante de esa mirada, haciendo que cada escena forme parte de esta especie de retrato de la inercia.

Los ojos de Percia están puestos sobre Clara, el personaje de Elisa Carricajo, que encara una flamante versión de sí misma al mudarse a una nueva casa con Alejandro (Rafael Spregelburd), su novio, que parte hacia Italia por una conferencia de trabajo. A partir de esa premisa, la realizadora se detiene en los derroteros -no planificados, en su mayoría- de Clara y el mundo que la rodea: la relación con sus vecinos y el ámbito laboral universitario, la necesidad de generar nuevos vínculos -hay grupos de tai chi y fiestas de extranjeros-, la incompatibilidad emocional con su pareja y las ganas de correrse de lo que ya conoce.

Cetáceos

No siempre el fluir de Clara resulta interesante. Hay momentos, sobretodo a partir de la mitad de la película, en los que el personaje queda en la periferia; ciertos secundarios ocupan espacios que parecieran no incidir con peso en su mundo y esa progresión se ve resentida, algo forzada. Sin embargo, lo absurdo de algunas de las situaciones y el humor que incomoda, porque parece no serlo a simple vista, hacen que el relato sea fresco e interesante de observar. Percia entiende que la cámara debe ser el fiel reflejo de la personalidad de Clara: volátil, sencilla y curiosa.

Elisa Carricajo es la actriz perfecta para encarnar todos los costados del rol principal. Construye un personaje anodino y delimita su personalidad no sólo desde el texto sino desde lo gestual, lo corpóreo y, sobretodo, lo no dicho. Percia explora con criterio y claridad cada uno de los rincones de ese mundo abierto de Clara que es Cetáceos, y ofrece una ópera prima que abre la puerta a mucho más por venir, con una mirada por demás atrayente.

estrella3

 

 

 

 

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