Crítica de Tully

Marlo, madre de tres hijos -el último recién nacido-, recibe un inesperado regalo de parte de su hermano: una niñera para que la ayude por las noches. Al principio le parece una extravagancia, pero luego entabla una relación única con Tully, esta joven niñera amable, sorprendente y, en ocasiones, desafiante

Tully

Charlize Theron interpreta a una madre agotada que forja una entrañable relación con su niñera en una comedia dramática simple y hermosa.

La maternidad en la ficción muchas veces peca de ingenua. El gran milagro de la vida, la dicha de una criatura que llega a alegrar el hogar y a todos a su alrededor. Los padres felices, el bebé sonriente, todo es color de rosas. Dejamos afuera entonces las noches sin sueño, el agotamiento, los llantos incesantes y todas esas cosas que les hicimos padecer a nuestras madres. Una cosa no quita la otra, pero muy pocas veces se nos muestran mujeres agotadas por la crianza de los niños. Por suerte se estrenó Tully, cuya trama está centrada en esto.

Jason Reitman como director y Diablo Cody en guión ya habían sorprendido con Juno y Young Adult. Esta vez nos traen una historia simple que emociona desde lo real. Una que no necesita de grandes cosas para funcionar y que conecta con el espectador desde la originalidad de un argumento que a la vez es cotidiano. Con actuaciones perfectas y un guión hermoso.

Marlo tiene dos hijos y está esperando el tercero. Está agotada, como cualquier madre de nenes menores a 10 años. Hace mucho que no duerme bien y las responsabilidades, incluso antes del nacimiento del bebé, la sobrepasan. Tiene un hijo «pintoresco» –como le dice la directora de la escuela cada vez que la cita para hablar de él- con una rutina súper estricta. Parecería que está en el espectro, pero eso no se aclara en ningún momento y tampoco es necesario para el funcionamiento de la trama. Una hija mayor que está entrando, en palabras de Margo, «en esa etapa en la que las niñas son muy duras con ellas mismas», y lo que más le preocupa de esto es que sabe que para las mujeres las cosas no mejoran. Un marido que la ama pero que no está muy presente en la crianza por razones lógicas: trabaja todos los días y llega tarde, entonces sólo ayuda a los chicos con la tarea.

Tully

La película nos sumerge en la vida de Margo y no podemos hacer otra cosa más que compadecerla y entender su cansancio. Una cuñada condescendiente habla de las maravillas de la crianza, cuando cuenta con niñera desde siempre, y un hermano que se ofrece a pagarle por una «night nanny», una chica que va a su casa por la noche y se queda con la bebe. La idea le parece horrible y salida de una historia casi de terror, pero después del nacimiento decide aceptar. En este momento empieza la historia.

Charlize Theron es, indiscutiblemente, una de las mejores actrices que hay en escena en este momento. Es multifacética y cada personaje que interpreta es único e inolvidable. Para este subió más de 25 kilos y su actuación es impecable. Por otro lado tenemos a Mackenzie Davis, que interpreta a Tully, la niñera. La química entre ellas dos es hermosa y nos sumerge de lleno en una historia bella y simple. Ambas actrices hacen un trabajo maravilloso encarnando a sus personajes y uno no puede más que encariñarse con ellas y con la relación que forjan.

Entretenida, emotiva, real. Tully es esa película que necesitábamos sobre maternidad y no se requiere que te toque de cerca para que pueda emocionarte, es una historia tan bien contada desde lo técnico, lo estético y lo narrativo que va a llegar a todos los espectadores. En una industria tan sobrecargada de opciones, no es muy común irse del cine con una sensación similar a un abrazo, una alegría que se siente. Puedo asegurarte que, cuando termines de verla, ese calorcito en el alma se quedará con vos.

estrella45

 

 

 

 

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