Crítica de Elle

Una mujer de negocios queda atrapada en un juego de gato y ratón después de haber sido violada en su casa.

Pantalla en negro, los gritos angustiantes de una mujer se mezclan con el sonido de cristales rotos. Entonces, la pantalla muestra un hombre enmascarado forcejeando y violando a la fuente de estos alaridos, para momentos después abandonar el lugar del siniestro dejándola a ella en el suelo. Momentos después la vemos levantarse y comportarse normalmente, como si nada hubiera ocurrido. Así comienza Elle, la nueva obra de Paul Verhoeven. Cuando los personajes femeninos clásicos afortunadamente comienzan a verse reemplazados por unos fuertes e independientes, Michelle, la protagonista del film, sobresale como una especie de antiheroína en un thriller que se ajusta a los tiempos que corren.

Cuando hablamos de un thriller podemos imaginarnos una atmósfera tensa y ambigua, en la cual cada personaje es importante para la trama y el desarrollo de la narrativa. Aunque Elle mayormente cumple con estas reglas, agrega esta irreverencia situacional francesa a coste de perder cierta emoción. Donde el espectador podría estar clavando sus uñas en la butaca, se relaja con la comicidad de momentos que delinean fuertemente a Michelle.

Es por esto mismo que Verhoeven se inclina a caracterizar a esta bella señora recién entrada en la mediana edad a través de su historia y relaciones, restándole importancia al propio hecho de la violación. Esto funciona a la perfección desde la información que el guión brinda paulatina e implícitamente, logrando ir conociendo cómo funciona su mente.

El desarrollo de las distintas relaciones de Michelle con los hombres que la rodean en su vida cotidiana es lo que marca el paso y el tono del film, y determina que existan momentos tan histriónicos en reuniones familiares o discusiones de pareja más propias de una screwball comedy, haciendo que la narración se torne levemente cansina. Verhoeven intenta alternar estas situaciones con escenas más dignas de un relato de suspenso, apoyándose en un leit motiv que anuncia el peligro. No obstante el conjunto de la banda sonora, compuesta por Anne Dudley, con estas situaciones da la sensación de ser inorgánica, casi exagerada, en lugar de cargar el ambiente.

Isabelle Huppert es el factor principal que logra mantener la seriedad del film con una interpretación cargada de erotismo. Es fácil ver lo acongojada que se encuentra Michelle y a la vez la fortaleza e independencia de una mujer exitosa que consigue lo que quiere de un modo u otro.

Incluso a pesar de lo heterogénea que resulta, Elle no deja de ser una película sumamente rica para conocer a un personaje femenino que no lucha por el bien o es una aventurera. Deja ver un personaje más cercano a la realidad y plantea un escenario que contiene problemas actuales para el género femenino. Michelle ha pasado muchas penurias en su vida y vive en un mundo en el que el macho es dominante, aún así es capaz de sobreponerse a las situaciones y por supuesto, en clave de thriller, tomar venganza y poner al hombre en la posición que ella desea.

estrella35

 

 

 

 

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