Crítica de Life / Life: Vida Inteligente

La misma se centra en la tripulación de seis personas a bordo de la Estación Espacial Internacional, que están al borde de hacer uno de los descubrimientos más importantes de la historia de la humanidad: la primera prueba concreta de vida extraterrestre en Marte. A medida que empiezan a investigar, esta demuestra ser más inteligente y peligrosa de lo imaginado.

Después del grosero traspié de Child 44, el realizador Daniel Espinosa (Safe House, Snabba Cash) está de regreso con Life, un thriller de ciencia ficción contenido que ofrece mayor satisfacción que su último trabajo. Centrándose en unos pocos personajes y con un argumento sin demasiadas pretensiones, propone una suerte de ingreso a la saga Alien por la puerta trasera. No está conectada al film de Ridley Scott pero indudablemente le debe mucho, al pretender ser una versión plausible de lo que podría suceder en caso de sumar a un octavo pasajero a bordo.

Paul Wernick y Rhett Reese, la dupla de Zombieland y Deadpool, son los guionistas detrás de este film, en el que perfectamente se puede apreciar su sentido del humor y dinámica a la hora de los diálogos. Tanto que Ryan Reynolds pareciera encarnar a Wade Wilson en el espacio. Las notables y realistas imágenes de lo que ocurre sobre la órbita terrestre, que recuerdan a 2001: A Space Odyssey pero sobre todo a Gravity, se ven complementadas con un concreto interés a la hora de escribir a cada personaje, que es lo que termina por diferenciar al proyecto en general. Se puede establecer cierto vínculo emocional con los protagonistas, tripulantes de distintas nacionalidades de una misión histórica, que no son simplemente carne de cañón para la criatura de turno.

La sueca Rebecca Ferguson (Mission: Impossible – Rogue Nation) tiene la posibilidad de encabezar una película de alto perfil y no la desaprovecha, mientras que Reynolds y Jake Gyllenhaal se convierten en el corazón de la historia, cada uno a su manera. El inglés Ariyon Bakare, desconocido para la mayoría, es el que sorprende como Hugh Derry, una suerte de padre para el alienígena y también uno de los principales responsables de mover la trama hacia adelante. También se permite avanzar con algunas decisiones sinceramente estúpidas de su tripulación, pero no podría consolidarse como un slasher espacial si esto no ocurriera -la sangre brota y la falta de gravedad hace que las imágenes sean tan bellas como terribles-.

Un mérito de Life se encuentra durante la primera parte, cuando se puede apreciar lo que sería la reacción del mundo ante el descubrimiento de vida extraterrestre. Astronautas que deben responder a las preguntas del público, niños que eligen el nombre del alienígena y lo anuncian ante las cámaras del mundo, elementos que refuerzan esa sensación de realismo que el director buscó cultivar. Por algo la acción se sitúa en la Estación Espacial Internacional, al borde de la Tierra, y no en algún mundo distante. La película de Espinosa absorbe como una esponja esa verosimilitud propia de Gravity y el argumento de Alien, con lo que funciona pero sorprende poco. En el espacio nadie te escucha imitar.

estrella3

 

 

 

 

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