Crítica de Respirar

Julia descubre que está embarazada de su ex marido, pero él no lo sabe. Tiene 30 años y deberá decidir qué hacer con el bebé en camino. A la noche, no le resulta fácil dormir, y cuando lo hace tiene sueños angustiantes. Sueña que se ahoga, que se hunde cada vez más profundo y no puede salir del agua.

Respirar

Julia está en crisis. Su marido la dejó, está en proceso de vender la casa en la que vive, no tiene trabajo o perspectivas de conseguirlo y además descubre que está embarazada. Se ahoga en sueños, pero esa sensación persiste cuando abre los ojos y sale a la vida. Le cuesta respirar, el peso de sus pérdidas son acuciantes y le quitan el aire. Parece al borde de la locura. Su manera de comportarse la llevará a transitar una fina línea. Actuará de forma cada vez más aleatoria, sin ser una demente pero evidentemente perturbada. En sus breves 64 minutos de duración, Respirar nos adentrará en la realidad de una joven con una necesidad cada vez más desesperante por salir del agua que la rodea, que elige tomar atajos y utilizar el engaño como una forma de mantenerse a flote, solo para volver a sumergirse a una mayor profundidad.

María Canale (Abrir Puertas y Ventanas) carga sobre sus hombros este drama introspectivo, que el director Javier Palleiro construyó a partir de miedos propios. La actriz hace una firme labor en la piel de Julia, con un rostro que expresa la tensión en ebullición que se acumula dentro de su cuerpo y mente. La acompañan Esteban Bigliardi (Un mundo misterioso, Villegas) y César Bordón (Relatos Salvajes) en papeles menores que no les dan demasiado para hacer, en el centro de todo está Julia y lo que pasa por su cabeza.

Respirar

El guión de Palleiro y Guillermo Rocamora (Solo) es sobrio y Canale tiene las herramientas interpretativas necesarias como para hacerle justicia. No requiere de arrebatos ni grandes demostraciones de locura para demostrar que algo no está bien, son sus pequeñas acciones, su compromiso con la mentira y sus actitudes cada vez más imprudentes las que dan cuenta a las claras de que es una bomba de tiempo, capaz de estallar en el momento menos esperado.

Sin ser intrincada como reza su descripción, no necesita dar vueltas innecesarias para llegar al punto y exponer sus ideas. Es una breve exploración al presente de una mujer cuya vida está en un proceso de cambio rotundo y que tiene evidentes dificultades para hacer frente a lo que se viene. En el proceso se halla con un tópico tan en boga como es el del aborto, pero no decide cargar las tintas con afán oportunista, sino que es otro paso más en el camino de Julia para destruirse por completo y volver a armarse con lo que tiene. Y así es que también se encuentra con el final perfecto, uno que necesita mayor potencia y peso dramático del que tiene pero que es consecuente con la película en general, con una protagonista lista para hacer frente a sus miedos y emerger fortalecida a la superficie.

estrella35

 

 

 

 

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