Crítica de The Legacy of a Whitetail Deer Hunter

Buck Ferguson, un famoso cazador de ciervos de cola blanca, planea un episodio especial de su programa de caza para intentar acercarse a su hijo Jaden. Junto con su amigo y desafortunado camarógrafo de confianza Don, Buck emprende un viaje que pronto se convertirá en una aventura épica en la que la naturaleza volverá a conectar a un padre con su hijo.

Hace unos días Netflix presentó The Legacy of a Whitetail Deer Hunter, película protagonizada por Josh Brolin y dirigida por Jody Hill (The Foot Fist Way, Observe and Report) que relata la historia de Buck Ferguson (Brolin), un padre divorciado que intenta reconstruir su relación con su hijo -interpretado por el joven Montana Jordan– a partir de un fin de semana de cacería juntos. Es un film que se mueve por lo independiente, con un casting de no más de cinco personas y el bosque como locación casi total, en sus 83 minutos de duración.

Presentada como una dramedy, se mueve completamente por el drama y la relación padre-hijo entre los protagonistas. Lamentablemente, pareciera generar poca emotividad sobre esto. El humor que maneja suele ser casi prescindible para el estilo utilizado, que funciona más bien como una manera de descomprimir el dramatismo que maneja. Esto suele estar a cargo de Danny McBride, que encarna a Don, amigo y camarógrafo en las cacerías de Buck. Sin embargo, parecen intentos errados, que poco llegan a producir desde la comedia.

Viniendo de un año de pura actuación superheroica como el gran villano Thanos en Avengers: Infinity Wars y el mutante futurista Cable en Deadpool 2, Brolin se pone en la piel de este padre divorciado encerrado en su mundo de cazador como una actividad familiar hereditaria -costumbre habitual en ciertos lugares de Norteamérica-, siempre manteniendo ese ¿cliché? de sureño con tendencias al alcoholismo y al conservadurismo rudo. Su actuación no es mala, pero tampoco brillante. Una figura fría y seca. En los momentos donde tiene que volverse más «emocional», lo consigue y demuestra ser un gran actor en un trabajo que quizás no le permitió sacar lo mejor de sí mismo en forma completa.

La música de la película abraza el folk y el country acústico. En algunas escenas, prefiere mantenerse en ese camino en vez de haber tenido un score que generase un poco más de sensaciones. Por otro lado, el contexto de los bosques le permite jugar mucho con el sonido ambiente. La fotografía, a cargo de Eric Treml -quien en verdad se encarga de todo lo que es cinematografía en el film-, es lo más positivo que se le puede remarcar. Los ambientes de bosques y el color que se utiliza suelen dejar planos muy buenos y vistosos en estos espacios naturales.

Siendo estrenada en una plataforma de cada vez mayor oferta de contenido original, The Legacy of a Whitetail Deer Hunter puede pasar más que desapercibida, y eso es entendible. Por más que se rescate a los actores, música y fotografía, no todo funciona bien. Y en una plataforma que nos brinda miles de opciones, no es sorpresa que sólo quede en la lista de «Originales de Netflix» y no mucho más.

estrella25

 

 

 

 

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