Crítica de En Peligro

Thiller contemplativo en el que nada es lo que parece cuando una joven corre peligro y un bucólico policía se involucra en el caso.

En Peligro, Nai Awada

El prólifico director argentino Matías Szulanski ha tomado al 2018 por las astas y vuelve a la carga por partida doble luego de haber presentado el pasado mes de mayo la controversial y prácticamente inclasificable Recetas para Microondas. El director del homenaje pulp tarantinesco, ese festín violento e hilarante llamado Pendeja, Payasa y Gorda estrenado por estas mismas fechas en 2017, parece no tener descanso y con el estreno de su ¡cuarto! largometraje en escasos tres años parece que ha llegado a un punto para repensar y evaluar a futuro la relación entre calidad y cantidad.

Con unos impresionantes 26 años, Szulanski es poseedor de un estilo visual y narrativo que hizo destacar por encima de la media a Pendeja…, pero con En Peligro esas expectativas se hacen trizas en el aire con un thriller tragicómico que tiene un comienzo sumamente interesante y tenso pero diluye dicha tensión con una carencia de eventualidades, que hacen casi imposible que la atención del espectador se mantenga durante los 95 minutos. La protagonista es Carla Conti (una intrascendente Naiara Awada), una psicóloga discapacitada que sufre un inusitado ataque en la tranquilidad de su departamento. Al radicar la denuncia al impasible detective Zapiola (Alberto Suárez, a cargo de los mejores momentos del film) no tiene otra opción que volver a su departamento y quedar expuesta a otro nuevo ataque, de no ser por la compañía de una más que extravagante amiga cuya necesidad de procurar un bocado es inversamente proporcional a las ganas de conseguir algo de droga, la que sea. ¿Será Claudia –Claudia Schijman-, una ex paciente de Carla, la que está provocando esta incertidumbre mortal?

En Peligro, Nai Awada

Lo cierto es que este autoproclamado thriller contemplativo dedica mucho tiempo a ser una mosca en las paredes donde se encuentran encerrados los personajes, y al no explorar de lleno ni darles corporeidad a las personalidades de los mismos pierde fuelle con cada minuto que pasa. Un policial no necesita diálogos de más para explicar, a veces las acciones representan un estado de ánimo de manera más óptima, pero no es el caso de En Peligro, que encadena una escena tras otra con la intención de ocupar espacio en su historia sin avanzar la trama un milímetro. Todo parece indicar que el guión de Damián Leibovich giró en torno a la vuelta de tuerca que encierra la trama promediando el acto final, y a partir de ahí fueron construyendo el relato. No sólo dicha revelación cae en saco roto porque no aporta nada sustancial a la historia, sino que no presenta nada nuevo bajo el sol. Si al menos estuviese acompañado de un buen soporte narrativo, vaya y pase, pero su proceder es tan poco inspirado que todo lo anterior al giro no ayuda a que la sorpresa signifique algo bueno.

Los pocos momentos tragicómicos de la película ocurren esporádicamente. Son escenas de carcajada pura, que encajarían mejor si el marco del policial se prestase a más situaciones similares, pero los protagonistas no generan ni pasión ni interés. Nunca había visto actuar a Nai Awada, y me parece que salvo poquísimos momentos, nunca sale de la misma nota actoral. Hay aproximaciones incómodas, un intento de violación, escenas violentas, pero ella permanece ignorante de lo que sucede a su alrededor. El giro en la trama quizás tenga algo que ver con eso, pero sencillamente el film no se presta a un segundo visionado que resignifique todo. Mismo caso con el detective. Suárez tiene a este agotado investigador, aplastado por una rutina implacable, que entrega los mejores diálogos, pero cuya construcción deja mucho que desear. Sí, acude mucho a cines vacíos, pero eso no lo convierte instantáneamente en un cinéfilo empedernido.

En Peligro es un paso en falso en la carrera de Szulaski. No aporta nada nuevo al género aunque está correctamente filmada y dirigida, y francamente parece alejarse de su costado más kitsch como lo ha demostrado antes. Aburre, y ése es el pecado máximo cometido por su último largometraje.

estrella1

 

 

 

 

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