Crítica de Bohemian Rhapsody: la historia de Freddie Mercury

Bohemian Rhapsody es una celebración de Queen, su música y su extraordinario cantante Freddie Mercury, quien desafió estereotipos y destrozó las convenciones para convertirse en uno de los artistas más queridos del planeta.

Bohemian Rhapsody: la historia de Freddie Mercury

El cantante y bajista los acababa de dejar, les dijo que se iba a probar suerte con otra banda, que ellos no iban a llegar a nada. Ahí estaban, guitarra y batería sentados en la camioneta afuera de un bar medio pelo, después de dar el que parecía ser su último concierto. En eso se les acerca un chico a felicitarlos, les dice que eran muy buenos, que los veía hacía tiempo. Les dice que compone y que también canta, que quisiera cantar para ellos. Se miran, Roger Taylor pone una cara burlona y le dice a Farrokh: «con esos dientes lo dudo». El joven zanzibari lo mira de reojo, sonríe y canta. El resto fue historia… lo que no será historia es esta biopic, que malgasta una de las mayores leyendas de la música. Bohemian Rhapsody apenas raspa la superficie de lo que podría haber sido una de las películas más importantes de los últimos años y desaprovecha la increíble interpretación de Rami Malek.

La producción venía generando polémica desde el despido de su director, Bryan Singer, semanas antes de que terminara el rodaje, en el que fue reemplazado por Dexter Fletcher. Pero el problema de la película no reside allí. No, es algo más fundamental, el guion no logra transmitir la emoción que pretende, se siente como un encadenamiento de sucesos pero sin un hilo muy claro. El film muestra la vida de Freddie Mercury (Rami Malek) –nacido como Farrokh Bulsara- siguiendo el éxito de la banda: desde sus inicios en un bar y el nacimiento de su icónica figura escénica hasta el recital del Live Aid, en 1985. La narración carece de sentimiento. Se entiende que una película biográfica debe unir muchos puntos y abarcar largos períodos de tiempo, pero acá todo esto se siente forzado, como si fueran capítulos separados y no parte de una misma historia, no parte de una vida.

Bohemian Rhapsody: la historia de Freddie Mercury

Esto no quiere decir que no sea entretenida, está destinada a ser un éxito de taquilla. Conseguirá que las escuchas de la banda se disparen en todas las plataformas y es muy probable que obtenga alguna que otra nominación. El elenco, por lo menos desde el aspecto, es impecable. Los integrantes de Queen, Gwilym Lee (Brian May), Ben Hardy (Roger Taylor) y Joseph Mazzello (John Deacon), no sólo son idénticos a los músicos, sino que también brindan un gran acompañamiento a la estremecedora interpretación de Malek. También hay que destacar que los (únicos) momentos emocionantes son aquellos que muestran a la banda sobre el escenario y pareciera que se está viendo uno de los verdaderos conciertos. También nos muestra a Mary Austin (Lucy Boynton), la novia de Freddy que lo acompañó por años y a quien le dedicó «Love of my Life». Es con este personaje que nos muestran el descubrimiento de Mercury sobre su sexualidad, pero en esto también se quedan cortos y parecen temerosos de explotar esta parte de la historia.

Una gran experiencia para cualquier fanático de la banda, pero quien vaya esperando algo más va a decepcionarse. Recopila los grandes éxitos de Queen y nos muestra las inspiraciones para sus grandes canciones, desde «Another One Bites The Dust» hasta «We Will Rock You». También las peleas, las reconciliaciones y la indiscutible amistad que los unía. Además del momento en el que Freddie descubre que tiene VIH y esta, junto con la escena en la que se lo dice a sus compañeros, son las únicas que logran generar lo mismo que las musicales. Bohemian Rhapsody muestra porqué Freddie Mercury era el alma y corazón de Queen, resulta irónico que sean precisamente esos los elementos de los que la película carece.

estrella3

 

 

 

 

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