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Todo el año es navidad fue presentada en el pasado BAFICI, organizado por el Ministerio de Cultura y celebrado en el mes de abril. En formato documental, valiéndose de entrevistas y secuencias de seguimiento, la película hace hincapié en la preparación y el trabajo metódico que requiere ponerse en la piel de Papá Noel. El director construye, de esta manera, una evocación acerca de cómo se instaura el mito a lo largo de diferentes personajes anónimos. A lo largo de poco más de una hora, el autor va trazando una suerte de radiografía colectiva en donde sus diferentes intérpretes poseen personalidades distintas e historias personales singulares que se enmascaran tras el disfraz rojo y blanco.
La película acierta en transmitir el sacrificio de un trabajo, cuyo éxito de generación en generación también se relaciona con el modelo capitalista que ha instaurado la figura de Santa Claus. Entonces, la empatía que generan estos personajes, más allá de perdurar el mito de forma atemporal, radica en la sensibilidad que desprenden esos pequeños tesoros que el realizador descubre. La excentricidad del detrás de escena que el documental registra muestra la transformación de un individuo (todos con sus oficios laborales y rutinas familiares respectivas) en un Noel singular, gracias a una preparación que exige modelar la voz, atender el vestuario, el maquillaje y el peinado, entre otros quehaceres.
Apelando al humor para retratar a estos personajes, Néstor Frenkel (Amateur) nos sumerge en la Navidad y los sueños coloridos de la infancia que inmortalizan esta figura y sus mitos, bajo la omnipresencia de aquel que trae los regalos. El documental funciona como un viaje nostálgico hacia las tradiciones y la herencia cinéfila acerca de las fantasías de esta época del año, en dónde un centenar de títulos han abordado la temática. Lo cual no resultará una novedad para el espectador avezado. Aquí, por caso, Frenkel remite en su registro en blanco y negro a la película homónima de Román Viñoly Barreto de 1960, y a la que el director homenajea.
En una sociedad que hace un culto a la imagen, la obra de Frenkel permite reflexionar sobre la cara que oculta tras la fachada de estos singulares personajes. Bajo una colorida óptica, aún en sus inconsistencias, superficialidades y reiteraciones, Todo el año es Navidad delinea el encanto y la farsa que conviven bajo las populares fiestas navideñas.
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