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9 grandes conversaciones escritas por Quentin Tarantino

Celebramos al Rey del Diálogo.

Publicado por César Cortez el 21 de marzo de 2020

9 grandes conversaciones escritas por Quentin Tarantino

Quentin Tarantino, scripts, guiones, dialogos

N. del E.: Este artículo se publicó el 23 de agosto de 2019.

Sergio Leone sabía cómo dirigir un buen clímax. En algunos de los más recordados de su repertorio, lo que prima es la música -siempre compuesta por un excelente Ennio Morricone-, las intensas miradas que ocultan una historia de fondo y los disparos que dan cierre a sus inmortales historias. Quentin Tarantino, por su parte, utiliza el arma más letal y punzante a su alcance: la palabra.

Agosto de 2019 es un tiempo para celebrar al mítico Rey del Diálogo y, antes de viajar a una idílica Los Ángeles en Once Upon a Time In Hollywood, no hay mejor forma de hacerlo que recordar nueve conversaciones entre sus personajes -en honor al estreno de su novena película-, que lo confirmaron como el gran guionista de su generación. Siempre crudo, versátil, atinado y locuaz, nada como reconocer al eterno hijo del celuloide que vio su nacimiento en una videoteca.

 
Inglourious Basterds – Gorlami!

Quentin Tarantino, Inglourious Basterds, Gorlami

Uno de los mejores guiones que el americano ha firmado en su carrera es, indudablemente, aquel que introdujo a un actor tan preciso como Christoph Waltz, quien hizo totalmente suyo un personaje que domina la escena con su don nato para el diálogo. Repasándola, la mayoría de las maravillosas escenas en las que forma parte son los puntos álgidos de una película tan contundente como redonda pues, como Tarantino bien ha declarado, escribir a Hans Landa puede que haya sido de los momentos más divertidos en su carrera. Y pocas ocasiones encapsulan mejor el lado cómico del cazador de judíos como su encuentro con cuatro mentirosos a los que no temerá desenmascarar con su típico ingenio y carisma.

Ya sea por la atemorizador -y contagiosa- risa de Waltz al descubrir la refutable excusa del personaje de Diane Kruger, o ver a Brad Pitt siendo obligado a repetir su desastroso acento italiano, la escena es tan divertida como tensa.

Django Unchained – DiCaprio desatado

Quentin Tarantino, Django Unchained

Mucho antes de enfrentarse a un mortal reto físico que lo catapultaría a ganar su primer Oscar con The Revenant, Leonardo DiCaprio ya había entregado su mejor actuación en el papel de Calvin Candie, un desagradable personaje que se aprovechó de una de las mejores habilidades del actor: subir los niveles de intensidad. Más que una conversación entre sus personajes, la cena en la mansión guarda un monólogo que encapsula a la perfección el funcionamiento temático de Candie en la historia; mientras sus filosas palabras -escritas por la talentosa pluma del oriundo de Tennessee- resuenan entre los involucrados en una noche que saldrá terriblemente mal. Se demuestra el gran villano que hay dentro del ya galardonado histrión.

Encima, una anécdota bien conocida desde el set de rodaje es que, dentro de la magnitud de la escena, DiCaprio se cortó su mano con vidrio en el momento que golpea la mesa, pero este jamás solicitó finalizar la secuencia. En su lugar, prefirió entregar otro prueba del gran actor que es.

Death Proof – ¿Quién diablos es Stuntman Mike?

Quentin Tarantino, Death Proof

Después de ser introducido como una misteriosa presencia que bien se podría describir como un Michael Myers con más caballos de velocidad, la primera apropiada conversación que tiene el asesino con una de sus victimas es, al igual que los anteriores puestos, un recital de palabras que van definiendo a un intrigante villano. Death Proof está lejos de ser la película más reconocida del cineasta, pero sí que nos permite verlo en todos sus excesos e inquietudes, con lo que ver al intimidatorio Kurt Russell en un registro mucho más apacible solamente nos hace temer por lo siguiente. Como ya lo define él, el alcohol es el lubricante para todos los encuentros que un bar puede ofrecer, y ninguno es tan mortal como el que Tarantino escribe.

Jackie Brown – Jamás enfades a Robert de Niro.

Quentin Tarantino, Jackie Brown

Aunque se trate de una adaptación de la novela Rum Punch, Tarantino se aseguró de imprimir su sello de humor negro y violencia en cada uno de los tristes personajes que componen Jackie Brown, la tercera maravilla de un autor que decidió esbozar su carta de amor al blaxploitation y al cine noir. Por eso, cuando Robert De Niro va manejando a toda velocidad explicándole a un insuperable Samuel L. Jackson el por qué asesinó al personaje de Bridget Fonda, el plano fijo que se posiciona dentro del carro en cuestión y las dudas que se le presentan a este -aunque decide responder con divertida sencillez-, nos deja regresar a uno de los lados más cómicos del guionista.

Claro está, la película tiene mucho de los diálogos escritos por Elmore Leonard -el autor de la novela original- y, aunque si la película merece un espacio en un listado sobre grandes conversaciones escritas por él podría ser tema de debate, la buena dirección de los talentosos actores tiene el mismo peso para hacer destacar esta escena.

The Hateful Eight – Comienzas a ver imágenes… ¿no?

Quentin Tarantino, The Hateful Eight

Reservoir Dogs pero con todo el amor que Tarantino guarda hacia el western americano, acentuando su formidable equipo frente a cámaras con una brillante banda sonora de Ennio Morricone, es así como The Hateful Eight llamó poderosamente la atención. La película está llena de buenas ideas y, aunque será la favorita de pocos, tiene uno de sus picos en la narración de una anécdota por parte de un incontenible Samuel L. Jackson, quien narra a un preocupado Bruce Dern el cómo murió su hijo. Una escena que comienza vendiendo un simple asesinato no tarda en escalar hasta un escabroso relato que la característica risa del actor no puede guardarse, pero se sabe que terminará en violencia.

Reservoir Dogs – Déjame que te cuente de qué habla Like a Virgin

Quentin Tarantino, Reservoir Dogs

La escena que introdujo a Quentin Tarantino como un gran guionista, pues entre los diálogos aparentemente fútiles se encuentra una clara -y temprana- construcción de personajes, mostrándonos el tipo de personas que son aquellas con quienes pasaremos la siguiente hora y media. No solo eso, pues además de ser funcional, memorable y llena de estilo, es el mismo cineasta quien se posa delante de la cámara para probablemente decir sus líneas más recordadas, aquellas que explican el significado de «Like a Virgin», de Madonna. Más allá de si está atinado o no, su brillantez no termina ahí y deja que Steve Buscemi comparta el por qué no deja propinas; un hecho más que irónico considerando que posteriormente el actor sería un mesero en Pulp Fiction.

Y así fue como Tarantino enseñó su habilidad con la máquina de escribir a la par que demostró que puede hacer grandes cosas con pocos recursos.

Pulp Fiction – Describe cómo se ve Marsellus Wallace

Quentin Tarantino, Pulp Fiction

Encontrar la mejor o más inspirada escena en Pulp Fiction es más complicado de lo que suena, pues es una película llena de ellas. Mia Wallace podría ganarse el puesto con su reflexión sobre los silencios incómodos, así como Vincent Vega (John Travolta) narrando la buena vida en Europa, donde una cerveza se puede comprar en McDonalds y un Cuarto de Libra con Queso es un Royale with Cheese. Sin embargo, una que pasó a la historia de manera inmediata es la que ve al gran Jules Winnfield recitando el memorable Ezequiel 25:17, no sin antes desarrollar una tensa atmósfera perfectamente construida por Tarantino, quien logra jugar con la intensidad de la escena con impactante facilidad.

Kill Bill – Los momentos finales de Bill

Quentin Tarantino, Kill Bill

Uno de los puntos álgidos en la gran carrera de David Carradine siempre será verlo tomando con elegancia las bebidas de su mini-bar mientras reflexiona sobre las historietas de superhéroes, por raro que se escuche. Más allá de si su interpretación de la mitología de Superman es acertada, funciona a las mil maravillas cuando transpone ese concepto hacia Beatrix Kiddo, recordada por una furiosa Uma Thurman al frente de una estimulante historia de venganza. Si se considera como una extensa película de cuatro horas, se nota que su más reposada segunda parte guarda unos cuantos inspirados diálogos marca Tarantino, aunque jamás deja de lado esa emocionante vena oriental que marca sus primeras horas.

Inglourious Basterds – Au revoir, Soshanna!

Quentin Tarantino, Inglourious Basterds

Los grandes diálogos de Once Upon a Time in America se mantienen, de momento, ocultos para gran parte del público latinoamericano que la disfrutará durante las siguientes semanas. Por eso, y porque la gran película bélica de Quentin Tarantino acaba de cumplir 10 años, nada como recordar lo que probablemente sea su mejor escena de apertura, y si no lo es, al menos se quedará como la más tensa. La manera en que Waltz domina la escena y disfruta con ello es, en cualquier situación, atemorizador, y los incómodos close-ups que demuestran la determinación del implacable, cruel e ingenioso detective solamente pueden ser dominados por un gran actor como lo es el austríaco.

¿Cuál es su conversación favorita escrita por el Rey del Diálogo?