Crítica de ‘El gerente’: de suplente a titular.

Ariel Winograd y Leo Sbaraglia unen fuerzas para lo nuevo de Paramount+.

2017. La selección argentina liderada por Sampaoli cuelga de una cuerda muy floja y sus chances de clasificar al Mundial son escasa. El espíritu cabalero y los nervios de los fanáticos están a flor de piel. La confianza en el nuevo DT como en el equipo disminuye, salvo la de un gerente de marketing que decide ir contra marea no solo para salvar a Noblex – la compañía donde trabaja – sino para demostrar que todos sus años de experiencia no pueden ser en vano.

Con la soga al cuello, lidiando entre la mujer que perdió y la crianza de un hijo que apenas conoce, Álvaro Torres (Leonardo Sbaraglia) apuesta todo, inclusivo a sus propios colegas, en una campaña que pone en vilo al país, inclusive más que las propias eliminatorias: Noblex se compromete a devolver el dinero a todo aquel que compre una TV de la compañía si Argentina queda afuera del Mundial. Teniendo todos los condimentos para que Ariel Winograd (“El robo del siglo”, “Cara de queso”) se apoye en el clásico relato costumbrista, propenso a generar risas a través de insultos banales y situaciones que recurren a la nostalgia colectiva, el director junto con el guionista Patricio Vega (“Hermanos y detectives”, “Tesis sobre un homicidio”) decide apoyarse en la simpleza de las relaciones humanas, sacando a relucir subtramas que subyacen a la trama principal.

A medida que el relato avanza, las trabas impuestas al protagonista son tales que ponen en jaque tanto su costado profesional como personal. En la compañía, Álvaro es un mobiliario más, tanto por su longevidad en la misma como por su estancamiento creativo, que se manifiesta en su apariencia, un tanto antigua, desprolija y depresiva. Frente a las solicitudes de Federica (Carla Peterson), la ejecutiva que busca ideas frescas y originales, Álvaro se enfrenta al primer choque que lo obliga a salir de su zona de confort. Los planes que propone son de antaño, literalmente reciclados de años anteriores. Al igual que la empresa donde trabaja, Álvaro cumple con lo establecido, sin sobresalir ni arriesgarse. Pero la competencia amenaza – tanto las compañías rivales como Federica – y la situación que atraviesa el país es el principal disparador para que el gerente pase del banco de suplentes a jugar de titular.

De esta forma, junto con un equipo de trabajo compuesto por Marina Bellati, Ignacio Saralegui y Agustina Suasquita – el condimento catalítico del film –, Álvaro cruza las puertas hacia lo desconocido para lograr sobreponerse ante la competencia como también por la necesidad inconsciente de reconectar con su hijo Gonzalo (Valentín Wein). Utilizando a las redes sociales como armas dentro de una guerra de marketing que trasciende en las pantallas de todos los argentinos, el protagonista logra en unos meses lo que no hizo en toda una vida: ser visto. Y no en el sentido literal de transformarse en figura pública, sino que Álvaro, aquel gerente que suspendió momentos a lo largo de los años, pasa de ser un secundario más a ser el protagonista de su propia vida, pudiendo verse así mismo y reconociendo las falencias que lo llevaron hacia dónde está.

Con “El gerente”, Winograd y Vega logran trascender con una obra sobre la reconexión, en dónde la unión de un país entero por una pasión colectiva es tan importante y necesaria como el abrazo entre un padre perdido y un hijo encontrado.

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