Crítica de El rocío

Sara vive junto a su hija Olivia en un pueblo rural. Cuando la pequeña enferme por el glifosato presente en los campos de soja, su madre se involucrará en actividades peligrosas para poder costear su tratamiento.

El rocío, Emiliano Grieco

Sobre los campos de soja ubicados en la zona rural entrerriana cae el rocío de pesticidas. Sara Godoy (Daiana Provenzano) vive junto a su hija Olivia en una pequeña casa aledaña a dichas plantaciones. Allí trabaja en la ordeña de vacas, y transcurre sus días dedicándose a la crianza de la niña. Su relación es intensa y al mismo tiempo frágil. Esta última cualidad se volverá notoria a partir del suceso central de la historia. Una noche, Olivia comienza a experimentar problemas respiratorios y su madre la traslada urgentemente al hospital de pueblo. Una vez en el establecimiento, el médico (Tomás Fonzi) le comenta que la niña presenta los síntomas usuales de las personas que sufren contaminación por agrotóxicos y que para poder realizar un tratamiento óptimo debe viajar a Buenos Aires, ya que el hospital no cuenta con los materiales necesarios para hacerlo. Frente a este panorama dificultoso, lejos de bajar los brazos, la protagonista toma la drástica decisión de involucrarse en el tráfico de drogas para poder costear la curación.

El primer gran acierto del nuevo film de Emiliano Grieco (La huella en la niebla, Diamante), el tercero para la productora Werner Cine, es su gran manejo de la técnica para exponer el peso del problema que aborda. Los planos de las moscas posándose sobre plantas infestadas y que luego se sitúan en el cuerpo de la niña o de los animales presentes en el campo, junto con los encuadres de las frutas provenientes de esos mismos terrenos -que pasan a transformarlas de fuentes de alimento a focos de infección-, plantean una relación curiosa y a la vez fatal entre flora, fauna y humanos. En la zona rural esa ligazón, además de inevitable y vital, se torna peligrosa. La causa de esto se halla en una cuestión de índole política: la falta de controles en la administración de herbicidas en los cultivos. La información que se enuncia en el film sobre los problemas de salud ocasionados por estas prácticas también resulta sumamente acertada. Se explica que los casos de contaminación por glifosato son abundantes, y que se pueden contraer enfermedades a través del aire, el agua y la vegetación- es decir, todos elementos esenciales para la vida humana-.

El rocío, Emiliano Grieco

Al mismo tiempo, la película retoma otro asunto igual de vigente en términos políticos: la maternidad sin acompañamiento de los padres y en contextos adversos. Sara, además de dedicarse a la ordeña de vacas para subsistir económicamente, puesto que no cuenta con el apoyo del padre de Olivia ni de ningún familiar, da otras pruebas contundentes respecto a la fuerza del amor que siente por su niña: se enfrenta cara a cara con el dueño de los terrenos sobre los cuales se fumiga irresponsablemente, presenta una denuncia formal en la policía pese a que la traten de «loca» o no la tomen en serio, y termina enredándose en el narcotráfico con el propósito de solventar los gastos médicos que conlleva la recuperación de Olivia. Todas estas decisiones y acciones no solo exhiben los riesgos que está dispuesta a asumir la protagonista para ayudar a su hija, sino que además ponen en evidencia que los actos verdaderamente comprometidos implican la puesta en juego del propio cuerpo y la seguridad personal. Aún más importante resulta la contrariedad que genera esta determinación en Sara, ya que no solo arriesga su propia integridad sino también la de sus amigos y familiares cercanos. De esta manera, el film construye un dilema narrativo tan atractivo como desolador, ya que ubica a la protagonista en un atolladero permanente -debido a que para solucionar su situación de peligro debe exponerse a otros iguales o peores-.

Pese a que hacia el final la historia se centra más en las peripecias de Sara en pos de conseguir el dinero para el tratamiento de Olivia, y que de esta manera la problemática que se intenta visibilizar pase a segundo plano, esto no le resta méritos al film. El rocío representa meticulosamente las dificultades que produce sobre los habitantes de las zonas rurales el uso indiscriminado de sustancias tóxicas. Asimismo, reivindica la unión colectiva, la comunicación entre pares y la autodeterminación como mecanismos políticos indispensables para afrontar este tipo de injusticias silenciadas o defendidas desde la negligencia y la violencia -a la vez que conecta este asunto con la precariedad del sistema de salud o la complicidad de algunos integrantes de la institución policial y médica-. De igual modo, el realizador logra ubicar la temática en una historia de ficción intensa, oportunamente contradictoria y refinada en términos formales.

7 puntos

 

 

 

 

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