Crítica de EMMA., con Anya Taylor-Joy

La guapa, inteligente y caprichosa Emma Woodhouse es la inquieta reina de un pequeño pueblo. Y deberá aventurarse por encuentros románticos equivocados para encontrar el amor que siempre ha estado allí.

Luego de la decisión de aplazar estrenos de forma mundial, EMMA. -en mayúsculas y con punto final- tuvo su lanzamiento de forma digital, y déjenme decirles que es un excelente plan para pasar una tarde con té de por medio, para ponerse a tono con lo que se ve.

El melodrama -con tintes de sátira y con mucho humor- se sitúa en la nobleza del 1800 en Inglaterra. Entre miradas y roces sutiles, galerías de arte y viajes incómodos en carruaje tendremos a la protagonista de esta historia, que ya fue adaptada en múltiples oportunidades: Emma Woodhouse, una joven de 21 años que el mismo póster define como hermosa, rica e ingeniosa, y que esta vez es interpretada por Anya Taylor-Joy.

La nueva adaptación del clásico literario de Jane Austen marca el debut cinematográfico de la directora Autumn de Wilde, que le da un giro fresco y lleno de colores pasteles. Antes de contarles de lleno de qué trata, quiero destacar la fotografía y el vestuario impecable que maneja la película, que no debería sorprender si es que llega a ser nominada a algún premio.

Ahora sí, ¿de qué trata Emma? SIN SPOILERS, para que la vean: La película sigue las «aventuras» de la joven que, como se señaló antes, es hermosa, rica e ingeniosa. Pero también bastante testaruda, entrometida y arrogante -no es la heroína de tu típica comedia romántica-. Para matar el aburrimiento y mantener alejada la imposición social de matrimonio, se encarga de ser la celestina de todas las personas que la rodean. Vive con su padre hipocondríaco – interpretado por el gran Bill Nighy– y una visita recurrente es George Kightley (Johnny Flynn), quien suele llevarle la contra… y con quien tiene una tensión que se percibe a kilómetros.

Todo comienza en otoño, porque esta es una historia que se cuenta con las estaciones del año, cuando logra conseguirle marido a su institutriz. Rápidamente la aspirante a cupido se encuentra en el barril sin fondo de aburrimiento y ahí es cuando aparece su nuevo proyecto: Harriet (Mia Goth), una pueblerina sin conocimiento sobre su padre. Emma se empecina en reformarla y conseguirle pareja… pero todas las ideas son un tiro que sale por la culata.

Entre corazones rotos, apariciones impactantes, berrinches y despliegue de excentricidades dignos de la época, nuestra heroína tan particular descubre sus propios deseos y sentimientos, que la llevarán a embarcarse en una nueva aventura.

La última versión de la tan conocida historia es entretenida y, si bien no es tan fiel al libro -énfasis en que es una adaptación-, nos muestra todas las facetas del amor y las relaciones de una forma magnífica. La disfruté muchísimo y espero que ustedes también puedan hacerlo. Y si no les pasa, por lo menos aprecien la fotografía que es hermosa.

7 puntos

 

 

 

 

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