Crítica de Grâce à Dieu / Por Gracia de Dios

Alexandre vive en Lyon con su esposa y sus cinco hijos, tiene una vida rutinaria y calma, pero cuando se entera que el cura que abusó de él hace 30 años sigue estando a cargo de niños, todo cambia. Grâce à Dieu (Por Gracia de Dios) es una película basada en hechos reales que retrata de forma muy respetuosa, pero efectiva, las consecuencias del abuso infantil y carga contra la hipocresía de las instituciones.

Escrita y dirigida François Ozon, retrata los sucesos reales que tuvieron lugar en Lyon, Francia, en 2015. Un grupo de víctimas arma una asociación para denunciar al sacerdote Bernard Preynat, responsable de decenas de abusos a menores de edad. Ozon encara esta tarea con sumo respeto pero con audacia. La película no se presenta como una denuncia a la Iglesia en sí, sino como una dura crítica contra la doble vara y la hipocresía de la sociedad. Personificado en sus tres protagonistas, también se muestran las consecuencias a largo plazo del abuso y cómo cada uno lidia con eso a lo largo de los años.

Técnicamente audaz y con actuaciones conmovedoras, no sorprende que esta película haya ganado el Gran Premio del Jurado en el Festival de Berlín. Por momentos se hace difícil de ver, y quizás ofenda alguna sensibilidad, pero eso es algo esperado de un film que trata los abusos en la Iglesia y el como la misma institución encubre a los criminales. También pondrá el foco en las familias de estos hombres y qué fue lo que hicieron cuando el sacerdote abusó de ellos.

Protagonizada por Melvil Poupaud, Denis Ménochet, Swann Arlaud y Eric Caravaca, entre otros, Por Gracia de Dios es un retrato necesario de estas situaciones.

 

 

 

 

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