Crítica de Green Book: una amistad sin fronteras

Cuando Lip pierde su trabajo, debe buscar un nuevo empleo y termina encontrando una oportunidad siendo el chofer de un pianista afroamericano, que iniciará un tour por el sur de Estados Unidos.

Green Book, Peter Farrelly, Viggo Mortensen, Mahershala Ali

Un seguridad del Copacabana tiene que encontrar trabajo temporal mientras remodelan el icónico club neoyorquino y le llega la oportunidad de ser el chofer, y una suerte de guardaespaldas, de un músico clásico afroamericano que emprenderá una gira por el sur estadounidense en la década del ’60. Green Book es la primera película en solitario del director Peter Farrelly y sorprende corriéndose de la clase de humor que siempre hizo, entregando una comedia dramática basada en hechos reales que tiene claro donde está el corazón de la historia.

Tony «Lip» Vallelonga (Viggo Mortensen) necesita un trabajo temporal mientras acondicionan el club y le ofrecen ser el chofer de un «doctor». Cuando acude a la entrevista no se encuentra con un profesional de la salud sino con un pianista afroamericano. Luego de debatirse si tomar el trabajo y estar bajo las ordenes de Don «Doc» Shirley (Mahershala Ali), acepta. Pero no sólo deberá ser quien lo conduzca, sino que también debe protegerlo porque la gira será por el sur de Estados Unidos. Es 1962 y, en muchos estados, el segregacionismo sigue siendo moneda corriente. Como ayuda para el viaje, la discográfica le da a Tony el «The Negro Motorist Green Book», una guía con todos los lugares en los que Shirley podría pasar la noche y ser aceptado.

Green Book, Peter Farrelly, Viggo Mortensen, Mahershala Ali

Si bien puede decirse que la película esta hecha a medida de los premios, ya que tiene todo lo que usualmente se busca, no intenta disimular eso con aires de grandeza ni nada parecido. Cuenta una historia real y profunda en la que se retrata el racismo que, en muchos lugares, sigue latente hasta el día de hoy. El film retrata el crecimiento de ambos personajes y cómo entre ellos se va forjando una amistad poco común, en la que la clave es comprender las problemáticas del otro. Tony empieza siendo un poco racista, y la idea de trabajar para un afroamericano no lo entusiasma, mientras que Shirley, en muchas ocasiones, subestima al otro. Son estos prejuicios los que se van cayendo en el viaje y cada uno intenta ponerse en el lugar del otro, forjando así una amistad genuina.

Lo más destacable son las actuaciones. Mortensen ganó varios kilos para interpretar al italoamericano y su acento del Bronx es impecable, pero no es sólo por estos detalles que sobresale. Su interpretación de este personaje, que es puro corazón, es emocionante y muy entretenida, sus chistes son hilarantes y la química que tiene con Ali es increíble. Y el segundo es simplemente perfecto: su personaje es alguien que no encaja en ningún lado, que se siente sólo y no sabe dónde pertenece, es un hombre sofisticado y sensible que sabe que el viaje que está emprendiendo va a ser el más difícil de su carrera. Un hombre apasionado y comprometido con lo que cree. Todo esto puede transmitirlo con una mirada, con un gesto, pero también puede decirlo en uno de los momentos mas emotivos, que le llega hasta al más duro de los espectadores.

Es una película bien hecha, correcta en cuanto a lo técnico. Nada se destaca pero todo está bien. El mayor peso, ademas de la historia, lo tienen las interpretaciones que hacen que, de por sí, valga la pena verla. Es reconfortante, se sale de la sala con una sonrisa y habiendo visto una muy linda historia que logra hacer reír y emocionar en partes iguales.

8 puntos

 

 

 

 

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