Crítica de Guardianes de la Galaxia

En los lejanos confines del espacio, un piloto americano llamado Peter Quill se encuentra inmerso en una persecución luego de robar un extraño orbe codiciado por el implacable Ronan el Acusador.

Guardianes de la Galaxia, Guardians of the Galaxy

De todas las películas que se han realizado dentro del Universo Cinematográfico de Marvel, quizás Guardianes de la Galaxia sea la que provenga desde los rincones más oscuros de la franquicia comiquera. Incluso si uno no es fanático de los cómics, una idea tenía sobre Iron Man, Capitán América, Thor y Hulk antes de abordarlos en las películas, pero el quinteto que personifica a los héroes homónimos que nos ocupan, sólo un puñado selecto de ávidos lectores los conocía. Para el público en general -y acá me incluyo- como para Marvel Studios también, la apuesta de incorporar a las Fases fílmicas a este grupo era arriesgada, pero este le dará buenos réditos.

Guardians of the Galaxy se aleja de la ciencia pura y dura que siempre dominó al universo Marvel -obviando el costado mítico de Thor- y finalmente se pega un viaje al espacio exterior para llevar el marco a un nivel cósmico, como ya se nos viene adelantando con el uso de artefactos como el Tesseract y el Aether. Con un poco de Google y Wikipedia encima, el espectador menos avezado podrá inferir hacia dónde se dirige la atención de estos artefactos, pero es en esta aventura espacial donde se les da un verdadero nombre. Mas allá de ese nexo, la película se disfruta por sus desvergonzados aires de film de ciencia ficción de los años \’90, con muchas pizcas de ese universo expandido que representa Star Wars, pero con la mejor tecnología que siempre se puede esperar de productos Marvel.

Mucho de este aire insuflado tiene crédito en el director y guionista James Gunn, una decisión extraña pero muy acertada, como lo fue en el caso de los hermanos Russo para Captain America: The Winter Soldier. Gunn viene del lado de la comedia -su anterior película fue Super, la contra de Kick-Ass– y si bien hay que destacar su asombrosa naturalidad en la dirección de un tanque de semejante calibre, es en su guión donde más se nota su talento. Junto a Nicole Perlman, los chistes y las múltiples referencias culturales se hacen sentir a cada momento, ya sea en boca de los protagonistas o en imágenes que es inevitable sacarán una sonrisa.

Gran parte de que Guardianes de la Galaxia sea un éxito depende también del timing del elenco, y la elección de Chris Pratt como Star-Lord no podía ser más acertada. Pratt tiene un fuerte fondo de comedia -los que lo conozcan como Andy en Parks and Recreation sabrán de lo que hablo- y tras pasar por arduas sesiones de entrenamiento ha encontrado una tonificación que le ha abierto infinidad de puertas, hasta para ser el próximo protagonista en la esperada secuela Jurassic World. Él es puro carisma, y se potencia con los agregados de una siempre hermosa y letal Zoe Saldana como Gamora, un inesperadamente divertido Dave Bautista como Drax el Destructor, y las voces de Bradley Cooper y Vin Diesel, personificando a los roba-escenas de Rocket y Groot. Este particular dúo, un mapache modificado genéticamente y un árbol humanoide, viven a través de las voces de Cooper y Diesel, quienes les entregan matices inesperados, sobre todo el segundo, que tiene que repetir una y otra vez la misma frase pero aportando diferente significado en cada realización vocal. Rocket se convertirá en un fan favorite en lo que canta un gallo, pero Groot no se queda atrás y ambos forman una dupla con mucho corazón y picardía.

Guardianes de la Galaxia no se detiene en la irreverencia provista de comedia de grupo, sino que también aborda muchas veces costados dramáticos y sale airosa en sus sucesivos intentos. Este inesperado grupo tiene sus fallas internas, y si bien es divertido verlos organizarse por primera vez, los matices de grises abundan, pero esas fallas son las que los hacen aún más grandes viéndolos en perspectiva. Y si a todo este conjunto los acompañan increíbles persecuciones, escapes a toda velocidad y colorido por gran parte de la galaxia, mejor aún. No faltan los cabos sueltos y guiños para la futura secuela y el ensamble con los Vengadores, ni tampoco licencias dentro de la historia que se vuelven moneda común dentro de todas las películas Marvel, pero el conjunto en general es exageradamente superior de lo que uno había esperado. El voto de confianza de Marvel ha demostrado ser una de las grandes aventuras de la ciencia ficción del año. ¿Quién iba a decir que un humano, dos alienígenas, y un mapache y un arbol parlantes serían los grandes héroes de la temporada?

9 puntos

 

 

 

 

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