Crítica de Gunpowder Milkshake

La vida de una asesina criada por la empresa criminal a la que pertenecía su madre da un vuelco cuando se hace cargo de una niña cuyo padre mató accidentalmente.

Gunpowder Milkshake es la nueva película de acción de Netflix que muchos han catalogado como una John Wick femenina. Dirigida y coescrita por el israelí Navot Papushado, la película sigue la historia de Sam (Karen Gillan) una joven que, tras ser abandonada por su madre (Lena Headey), se convierte -al igual que esta- en una asesina a sueldo encargada de seguir las ordenes de una organización llamada “La Firma”. Cuando un trabajo sale mal, Sam inspirada por su propio pasado, decide proteger la vida de una niña de ocho años, convirtiéndose así en el objetivo de sus anteriores empleadores. Sin más opciones, tras quince años sin ver a su madre, se ve obligada a recurrir a esta y a un trio de bibliotecarias (Angela Bassett, Michelle Yeoh y Carla Gugino) para sobrevivir.

Desde Killing Eve (2018) hasta la adaptación de los Ángeles de Charlie (2019) o la reciente Black Widow (2021), en los últimos años hemos visto un auge en las películas de acción con protagonistas femeninas que no tienen miedo de tomar la armas y asesinar con el propósito que persigan. Si bien es emocionante ver cada vez más mujeres en estos roles de poder físico, en muchas ocasiones se trata más de una cuestión de marketing que de un real empoderamiento femenino. Y es ahí donde reside uno de los principales problemas de esta película que está dirigida, escrita, filmada y editada por hombres que desperdiciaron la oportunidad de trabajar con un elenco de mujeres tan espectacular. El director nos ilusiona con magnificas actrices para limitarlas a un puñado de escenas, casi todas de acción, con un mínimo de desarrollo de personaje que evita que el espectador pueda profundizar en la dinámica entre ellas, sus motivaciones o emociones.

Entiendo que las limitaciones de tiempo en una película de acción prioricen las escenas de pelea, sin embargo, poco le costaba al guionista agregar algunas conversaciones entre estas carismáticas mujeres que hubiera permitido que el espectador las apreciara mejor, empatizara con ellas y entendiera mejor la dinámica entre estas. En su lugar han decidido caer en el viejo cliché de que la feminidad se limita al instinto maternal de todas y eso es suficiente para impulsarlas a arriesgar todo su trabajo, su amistad y sus vidas. A pesar de esto es admirable que sea justamente la química y talento de estas quienes mantienen el último acto de la película.

Gunpowder Milkshake no es la siguiente gran película de empoderamiento femenino en las películas de acción y aunque pretendan venderlo de esa manera, está lejos de serlo. Sin embargo, reduciendo nuestras expectativas a una sencilla película de acción cumple todos los requisitos. La cinta logra mantener un buen ritmo, con una divertida cinematografía neón, escenas de acción emocionantes e incluso con una entretenida y sangrienta persecución automovilística. Llena de escenas de acción, violencia y una trama sencilla, es una película entretenida que ya prepara su secuela.

7 puntos

 

 

 

 

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