Crítica de Insidious / La noche del demonio

Josh, su esposa Reani y sus tres hijos acaban de mudarse a una vieja casa. Cuando el pequeño Dalton sufra un accidente y caiga en coma, empezarán a producirse extraños fenómenos y la familia se verá acosada por algo que no parece de este mundo.

Insidious

Insidious (La noche del demonio) remite en muchos aspectos a la última película de Sam Raimi, Drag me to hell (Arrástrame al infierno). No es una cuestión que se limite sólo a la historia, aunque hay puntos importantes en común a pesar de que el argumento sea diferente, sino que hay similitudes en la forma de desarrollarla, en su filmación, en el uso de efectos, incluso hay un parecido en la secuencia de títulos iniciales. En una época en que el terror vive una nueva etapa, el director de The Evil Dead recuperó ciertos elementos del cine clase B de los \’80 y su apuesta fue bien recibida. Es curioso que sea James Wan, director de la Saw (El juego del miedo) original y productor de las seis siguientes, quien busque desarrollar una película no convencional para la actualidad, tratando de romper los códigos que él mismo ayudó a instalar.

En la historia, Josh y Reani se mudan con sus tres hijos a una nueva casa y pronto empiezan a notar que algunas cosas no están bien. Cuando el menor de los chicos, Dalton, entra en un inexplicable coma profundo, los problemas se profundizan y la evidencia de que hay una fuerza maligna en el hogar se hace cada vez más contundente. Para ser una película que busca ser «diferente», James Wan se toma mucho trabajo para lograr que sea parecida a otras. Aún con argumentos distintos es muy similar al ya mencionado filme del 2009, dado que se respeta a rajatabla lo hecho por los otros. Las diferencias entre los que creen y los que no, las presencias que deambulan por la casa, el eventual llamado a la especialista y su equipo de expertos, el segundo final, el director pareciera buscar un Poltergeist moderno que tiene sus logros a pesar de sus dificultades.

Un aspecto importante es el hecho de causar impresión con economía de recursos. Como sucediera algunas semanas atrás con Scream 4, más allá de ser un producto algo gastado se recibe como un soplo de aire fresco que de Estados Unidos provenga una película de terror sin torturas o en la que se busque la forma más novedosa de matar. En los planos detalles a la hora del ritual, en la sobriedad de los efectos y sus espectros en trajes de época, en las caras de sonrisas espeluznantes y las imágenes estáticas de las apariciones, se encuentra el elemento fuerte de Insidious. Que muchas veces menos es más, Wan lo sabe desde El juego del miedo y de esta forma es que se anota unos puntos; fuera de esto la película no es original, se vuelve repetitiva y el misterio que busca crear es bastante predecible.

6 puntos

 

 

 

 

[ratingwidget_toprated type=»pages» created_in=»all_time» direction=»ltr» max_items=»10″ min_votes=»1″ order=»DESC» order_by=»avgrate»]