Crítica de La Chancha

Un agradable viaje al pueblo de la infancia se transforma en una imprevista oportunidad para lidiar con una puerta del pasado que se pensaba cerrada.

La Chancha, Esteban Meloni

Pablo, un distribuidor argentino de café, y Raquel, su esposa brasileña, comienzan las vacaciones familiares de Semana Santa en La Cumbre, Córdoba, junto con su hijo Joao. Sin embargo, Pablo se siente algo reacio al regresar a su vieja tierra de la juventud. Y al encontrarse con un conocido que no veía desde que abandonó el país, revivirá un antiguo y doloroso trauma que destruirá su viaje como así alguna vez destruyó su vida. Un encuentro casual, 30 años después, en medio de un extraño clima de la tranquila y rural villa cordobesa.

Un protagónico de Esteban Meloni (Contrasangre, Primavera) junto con actuaciones de Gabriel Goity (Un novio para mi mujer, Aballay), Raquel Karro (Pendular) y Gladys Florimonte (Locos Sueltos en el Zoo); cuenta con la dirección de Franco Verdoia (La Vida Después), quien para su tercera película se sirve de un acontecimiento de su niñez para, a partir de allí, narrar esta historia. La espléndida, y al mismo tiempo humilde, interpretación de Meloni genera en la audiencia empatía desde el primer momento. A punto de comenzar una nueva etapa en su vida, con proyectos de un segundo hijo, reaparece la figura de la chancha, animal rural que acompaña el paisaje, y que se manifiesta como un nexo entre el pasado y el presente. Como una puerta que se creía cerrada pero que vuelve llena de emociones complejas y profundas; transmitidas tan nítidamente en el rostro del actor bahiense. Lo que pudo haber llevado años, en apenas dos días un remolino de sensaciones recorre la mente de Pablo de forma vertiginosa. Goity, por su parte, hace prácticamente acto de presencia. Sin mucho diálogo, su reservado porte logra hacer temblar la realidad del protagonista.

La Chancha, Puma Goity, Gladys Florimonte

El guion fue uno de los proyectos ganadores de la convocatoria de coproducción Brasil-Argentina 2017 y la filmación se llevó a cabo en La Cumbre y Las Varillas, por lo que la impecable fotografía es lo único que ocasiona un respiro en una atmósfera tan sólida. A partir de hoy ya podremos disfrutarla vía streaming en CINE.AR como así también podría estrenarse en el país vecino Brasil, siendo un film enteramente subtitulado al intercalar ambos idiomas.

Ya sea mediante una cena, una confesión o una confrontación, si hay algo que elogiar en la obra de Verdoia es la constante tensión que no abandona el escenario cordobés. Un relato que se torna atrapante en cada encuentro. Una ininterrumpida sensación de que cualquier detalle puede ser una chispa que desencadene el desastre. No es solamente este misterio del pasado lo que sirve de combustible, sino también la forma que adopta el director para encarar el género durante los 90 minutos. La huella de un pasado tirante y que no utilice técnicas de flashbacks para que conozcamos detalles, dispone en nuestras mentes de la libre imaginación. Un recurso excelente y autosustentable, que Verdoia introduce en el film de manera muy prolija.

8 puntos

 

 

 

 

[ratingwidget_toprated type=»pages» created_in=»all_time» direction=»ltr» max_items=»10″ min_votes=»1″ order=»DESC» order_by=»avgrate»]