Crítica de Last Christmas

Kate es una joven que suele tomar siempre la decisión menos acertada. Sin embargo, el destino la lleva a conocer a Tom, circunstancia que cambia por completo su vida. Para Kate, todo es demasiado bueno para ser cierto.

Last Christmas, Emilia Clarke

Kate es un desastre: no tiene lugar donde vivir porque todos sus amigos la echaron, cansados de su irresponsabilidad; se niega a volver con sus padres y no le presta atención a su trabajo en ningún momento. Todo eso cambiará cuando Tom entre en su vida. Last Christmas es la nueva comedia romántica de Paul Feig y es entretenida y hasta encantadora, hasta que el desenlace arruina cualquier disfrute.

Proveniente de una familia de inmigrantes yugoslavos, Kate (Emilia Clarke) está negada a tener un vínculo con su familia, de hecho aleja a todas las personas de su vida por su egoísmo e irresponsabilidad. Lo único que le queda es su trabajo en un local de navidad, pero ya ni eso la entusiasma. Un día, de mal humor y con pocas ganas de trabajar, sale a la calle a ver qué es lo que mira un hombre. Así conoce a Tom (Henry Golding), un repartidor que también es voluntario en un refugio, que no usa celular y que siempre mira para arriba, quien la ayudará a enderezar su vida, tendrá más relación con su madre (Emma Thompson), recuperará amigos y pondrá en perspectiva su sueño de ser cantante.

Last Christmas, Emilia Clarke, Henry Golding

La película está dirigida por Paul Feig y tiene guion de Emma Thompson, lo cual hace más sorprendente el final. Uno no puede evitar preguntarse «¿qué necesidad había de caer en ese lugar?». El plot twist arruina por completo todo lo previo. Porque en sí no es mala: es obvia, es predecible. Es una comedia romántica más con una gran banda sonora que se disfruta. Clarke está bastante bien y el personaje de Golding es simplemente divino. Pero es imposible que estas cosas pesen más que ese terrible final, con aspiraciones de gran giro y que solo logra que el espectador se tape la cara con vergüenza ajena.

Otro gran problema que tiene es la información histórica, parece que ninguno de los guionistas se gastó en buscar la fecha de disolución de Yugoslavia ni datos de la guerra de los Balcanes porque nada de lo que dicen está bien o es siquiera remotamente cercano. Estas referencias se sienten forzadas -además de incorrectas-, por una necesidad de hacer referencia al Brexit y dar algún tipo de mensaje político que es lo mismo que nada, ya que en sí nada aporta a la trama y queda como algo puesto a la fuerza.

La película que originalmente nació como un tributo a George Michael tiene poco de eso y, si bien no es buena, seguro sorprenderá a más de uno con el terrible giro final.

4 puntos

 

 

 

 

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