CINESCONDITE

Por Esteban Silva.

De cara a la Navidad se estrena esta bella, entretenida y algo oscura película animada en 3D de Dreamworks, con muchos personajes a los que ya estamos acostumbrados pero en una versión remasterizada. Así, la fantasía, la ilusión y una liga de la justicia infantil se unen en un mismo film que logra cumplir bastante de lo que promete.

Entre las figuras se cuentan Jack Frost, un joven arrogante e irresponsablemente divertido que congela todo lo que toca con su vara de madera. Es también alguien que sufre -y mucho- porque los niños no pueden verlo, lo que sí sucede con sus compañeros de equipo. Papá Noel es el encargado de producir junto con unos adorables yetis los regalos para las fiestas. Vale decir que éste es un sujeto desacartonado, con tatuajes y siempre listo para el chiste, alejado de ese abuelito amable, solemne y, por qué no decirlo, un tanto tonto que solían presentar los antiguos films dedicados a los más pequeños. El Conejo es quien organiza la Pascua y también quien compite de forma bastante entretenida con el líder para ver qué festividad es la más importante. Sandman es un tipo amarillo, mudo y bastante bonachón, cuyo objetivo es crear bonitos sueños de arena para los niños. Finalmente, para el regocijo de las niñas, encontraremos al Hada de los Dientes, quien cambia los de leche de abajo de las almohadas por una moneda, algo así como el Ratón Pérez pero con más glamour. Ella aportará ternura, inocencia y algo de romanticismo al asunto.

Muchos de los objetivos propuestos se alcanzan porque cuenta con un interesante equipo de realizadores detrás de cámaras, la mayoría de ellos con una vasta trayectoria en el cine de animación. En primera línea el debutante es el guionista de Rabbit Hole y la esperada Oz: The Great and Powerful quien, aún alejado de este tipo de productos, logra dosificar en la justa medida la manera en la que el espectador conocerá a sus protagonistas, con los que David Lindsay-Abaire logrará arrancar más de una sonrisa tanto a chicos como a adultos. Por otro lado es William Joyce quien le otorga dulzura, humor y sofisticación a los dibujos, confirmando el por qué su tierno y lírico The Fantastic Flying Books of Mr. Morris Lessmore ganó el Oscar a mejor corto animado en 2012.

Es también digno de mencionar el trabajo del director Peter Ramsey, quien logra que la mayor parte de Rise of the Guardians sea dinámica, aunque por momentos pierda el hilo conductor y se dirija a ningún lado, sobre todo en los períodos más introspectivos a los que se somete Jack, disfrutables desde el público adulto pero no del infantil. En ese sentido también es cuestionable, para quien fuera alguna vez el encargado del storyboard de Independence Day, Fight Club o A.I. Artificial Intelligence, el poco desarrollo que se le da a Sandman, uno de los guardianes más interesantes para abordar por ser el menos conocido para un público masivo.

A simple vista podría pensarse que Rise of the Guardians sólo plantea la acostumbrada lucha entre el bien y el mal, pero debajo de eso el film intenta reflexionar sobre cuestiones mucho más interesantes como el autoconocimiento, la aceptación de uno mismo, la confianza, el compromiso real con los otros y la solidaridad, mientras que es en la resolución sucesiva de esos problemas donde finalmente surge el meta mensaje: la lucha cotidiana y constante contra cualquier tipo de adversidad que se debe afrontar en la vida. Se prueba así como un film que se aprecia tanto desde lo visual como desde lo narrativo, otra producción lograda de parte de un estudio que ha conseguido sorprender con sus propuestas animadas de los últimos años.

 

 

 

 

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