Crítica de Spider-Man: Sin camino a casa: ¿El evento del año?

Finalmente, la última trilogía del arácnido más famoso de todos los tiempos, dirigida por Jon Watts y protagonizada por Tom Holland, llega a los cines.

¿De qué va? Luego de que la identidad de Spiderman (Tom Holland) haya sido revelada por Mysterio en Londres, la vida de Peter Parker se verá alterada por completo. ¿La solución? Que nadie (excepto su círculo íntimo) recuerde quien es el hombre detrás de la máscara. Para ello, nada mejor que acudir a los servicios de Dr. Strange (Benedict Cumberbatch). Pero lo que parecía un hechizo sin demasiadas complicaciones, no saldrá de la mejor manera, dando lugar a la llegada de peligrosos visitantes de otros universos.

Resulta bastante complejo encontrar un eje conductor para escribir sobre Spiderman: Sin camino a casa al momento de su estreno. Principalmente, desde Avengers: Endgame a esta parte, las campañas anti-spoiler en las películas de superhéroes se han convertido en un fenómeno exponencial. Para gran parte del público, tan solo un mínimo detalle, por más o menos determinante que sea, puede arruinar por completo la experiencia. De hecho, tanta es la sensibilidad que no faltan los usuarios que se aprovechan de esa situación y filtran revelaciones de manera descarada. Paradójicamente, cuánto más ambiciosas son las cruzadas destinadas a la protección del producto mayores son las campañas que, bajo la búsqueda de visibilidad o simplemente por mala fe, intentan destruirlo.

Desde que fue confirmado el arribo del multiverso a la nueva película del arácnido, solo alcanzó con su primer trailer para instalar el hype (término atribuido a la gran expectativa por el arribo de algo y muy utilizado en el mundo audiovisual) de manera inconmensurable y dar lugar a miles de teorías de lo que se vendría. En definitiva, más allá de otras cuestiones que también podían interesar, el verdadero atractivo radicaba en la llegada de los icónicos Spider-Man interpretados por Tobey Maguire y Andrew Garfield, acompañados de los villanos que enfrentaron en sus películas individuales. Dicho esto, sumado a lo que ya anticiparon los avances, podría decirse que, en realidad, ya se sabía lo que se iba a ver. Solo restaba ver el cómo.

Hay dos posturas determinantes para ver el fin de la trilogía protagonizada por el carismático Tom Holland. Una de ellas es dejarse llevar por la emoción de haber llegado a la sala de cine sin haberse encontrado con ningún spoiler, permaneciendo expectantes de lo que vendrá -aunque inconscientemente ya se sepa- y entregándose a decenas de momentos cargados de fan service y el típico -por momentos anticlimático- humor de estas propuestas. Todo ello, alrededor de un manto de nostalgia especial vinculado a varios regresos (uno en especial, más que notable). Probablemente, esta sea la forma en la que se disfrute Sin camino a casa de la mejor manera posible.

Como contrapartida, se puede adoptar una mirada algo más fría, libre del fanatismo incondicional y las incontrolables expectativas. De esta forma, se verá que en comparación con Endgame, no estamos ante un conflicto de épica similar ni sorpresas mayúsculas. Mientras que la culminación de la apasionante Saga del Infinito no solo contaba con un extenso recorrido emocional sino también con el temor constante de que algo trágico podría pasar en cualquier momento, este regreso de Spiderman tan solo cuenta con situaciones que amén de celebrarse, no resultan para nada impredecibles. En ese sentido, de allí surge una de las grandes problemáticas del cómo. Todo está pensado para un goce nostálgico y semi publicitario de Sony que busca simplemente explotar las posibilidades que ofrecía el multiverso.

Claro que hay virtudes inobjetables y que son comunes a cualquier concepción que se tenga de la película, por ejemplo, en relación a la duración, que a diferencia de Eternals, el último film de Marvel Studios, no resulta un problema en ningún momento, siendo que las extensas dos horas y media de metraje nunca se acercan al tedio. Además, es dable señalar que luego de todo el torbellino de humor que rodeó a sus dos predecesoras -aunque aquí tampoco escasea-, hay decisiones más serias en relación al protagonista que resultan decisivas en su desarrollo y aportan algo que faltaba en el tratamiento del arácnido desde su inserción en el MCU.

Sin lugar a dudas, Spiderman: Sin camino a casa incluye todo lo que tanto se deseó en este último tiempo y varias de las reacciones que han surgido por el momento son clara prueba de ello. Pero de verdad habría que preguntarse si extasiarse y emocionarse a raíz de las grandes sorpresas prometidas por esta producción es natural o algo impostado, resultado de lo que debe ser y no de lo que es. Que no se malinterprete. Sin dudas estamos ante el evento del año. Pero, quizás, simplemente porque eso es lo que se ha buscado desde un principio. Ya habrá tiempo para que todo se pueda analizar lejos de la vorágine de las primeras semanas.

Por lo pronto, sepan que la diversión está asegurada y que hay dos importantes escenas postcréditos, como es costumbre, en el medio y al final de ellos.

estrella35

 

 

 

 

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