Crítica de Star Trek Beyond / Star Trek: Sin límites

La tripulación de la USS Enterprise, liderada por el Capitán James T. Kirk, ha sido atacada por una poderosa e imparable ola de alienígenas desconocidos, dejándolos varados en un nuevo planeta, donde se encontrarán en conflicto con un enemigo despiadado.

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Un aire nuevo (y de antaño) se respira en la tercera entrega de la franquicia de Star Trek. Beyond trae consigo un gran número de cambios que no hacen de ella un film más en el universo trekkie. El arribo de Justin Lin, con un oficio más que demostrado dentro del cine de acción dirigiendo cuatro entregas de la saga Rápido y Furioso (Tokyo Drift, Fast & Furious, Fast Five, Furious 6), dota a la película de una cuota de adrenalina que supera con creces a sus antecesoras, tanto en cantidad como en tenacidad para saber conducirla y no agobiar al espectador.

Beyond es un giro fundamental respecto a Star Trek(2009) e Into Darkness (2013) y la partida de J.J. Abrams de la dirección es muy explícita (¡no mas lens flares!). La tercera entrega se encuentra mucho más cerca de un género de acción y aventuras que uno de ciencia ficción. La importancia tecnológica cambia por la espectacularidad visual; y el detenimiento y la reflexión, por la vertiginosidad y el entretenimiento. Acaso lo más percibido a un nivel inconsciente sea que ya no sobrevuela el sentimiento pesimista que se torna cuasi apocalíptico en la segunda película de la saga, sino que se siente como un episodio más dentro de las aventuras de la tripulación liderada por James T. Kirk.

Este hecho no pasa desapercibido, ya que el ritmo planteado prioriza mucho más las situaciones y debilita las causas. Debido a esto es que el desenlace se manifiesta apresurado y apretado en relación a como venía desarrollándose la trama. Lin logra trabajar de gran forma la acción, por esto también paga en la verosimilitud de lo narrado. No obstante es allí donde el guión viene a apoyar la historia.

Co-escrito por el genial Simon Pegg (quién también interpreta a Scotty) y Doug Jung, goza de un acierto a resaltar. La decisión de ubicar la historia entre dos y tres años después de los hechos ocurridos en Star Trek propone una situación en la cual el equipo de la U.S.S Entreprise funciona como un equipo y se comporta como una familia, con cuantiosas travesías y situaciones experimentadas, y lo que ello acarrea: amistades, discusiones, inseguridades… y sobre todo lo tediosa que puede ser la rutina. Esto que vuelve a los personajes más humanos también torna más fácil la resolución de situaciones que parecen un callejón sin salida, a partir del conocimiento que tiene cada tripulante de sus compañeros. Pegg, con su atinado humor, reviste el film con la dosis justa y sin abusar de este, lo que permite una relajación entre toda la maraña de acción.

Quizás el hecho de que uno de los intérpretes sea el encargado del guión explique por qué no hay personajes fuertemente destacados como lo eran Kirk y Spock en las antecesoras. Existe un núcleo conformado por los dos anteriores, más Uhura, Chekov, Sulu, Bones y Scotty, que juega como «ente» protagonista a partir del cual se construye la trama. De yapa: al final del film se hace un pequeño homenaje al núcleo de la serie original de los ’60.

De las dirigidas por Abrams -que se mantiene como productor- a esta dirigida por Lin cambia incluso la paleta de colores, de blancos a azulados; pero el elemento que se mantiene inamovible es la banda sonora de Michael Giacchino (al pie del cañón de cualquier proyecto de su querido J.J.). Esta vez el score del oscarizado compositor se mantiene debajo del nivel de la película, exceptuando la secuencia de resolución en donde la música y la acción crean un momento memorable.

Desde la promoción gráfica hasta el desarrollo narrativo del film había una promesa de revivir un legado. El universo Star Trek cumple 50 años, por lo tanto Beyond fue pensada desde su desarrollo como un retorno a las bases. El film se hace la pregunta: ¿en qué consiste y qué debe hacer la tripulación de una nave que explora sin descanso los límites de lo desconocido? La narración no ahonda profundamente los dilemas internos de cada personaje, chato y superficial, razón por la cual el enemigo, Krall, resulta el peor de las tres entregas. Por el contrario, el motivo más fuerte del film es que la unión hace la fuerza. Y el valor es el legado: los viajes de la U.S.S Enterprise expandiendo las fronteras. Aquí está la respuesta a la pregunta, al fin y al cabo eso es lo que es Star Trek.

estrella35

 

 

 

 

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