Crítica de The Fate of the Furious

Cuando una misteriosa mujer seduce a Dom, con un mundo de crimen del que parece que no puede escapar y una traición a aquellos más cercanos a él, ellos harán frente a juicios que los pondrán a prueba como nunca antes.

La saga fierrera más exitosa regresa a la pantalla grande con una octava película, ya sin Paul Walker y con dirección de F. Gary Gray (Straight Outta Compton). Con gran parte del elenco de las anteriores y con sorpresas tales como la aparición de Helen Mirren, Charlize Theron y Kurt Russell. La familia vuelve a la acción, enfrentándose a uno de sus miembros más respetados, Dominic Toretto (Vin Diesel) y su Dodge Charger modificado.

Con la particularidad de haber sido parcialmente filmada en Cuba, por el acercamiento diplomático entre la isla y Estados Unidos, The Fate of the Furious es fiel a su estilo: escenas de acción y persecución que ignoran toda lógica y las leyes de la física. Una historia de fórmula deficientemente estructurada atraviesa escenas de carreras espectaculares y autos de ensueño, tales como el Lamborghini Murcielago o un Bentley Continental GT. Las escenas de adrenalina están bien desarrolladas, aunque cuentan con la hipérbole característica de una saga que siempre intenta subir la apuesta.

Técnicamente es una película lograda, tanto con buenos efectos visuales como sonoros, complementada además por un sólido trabajo fotográfico de Stephen F. Windon. No podemos decir lo mismo de un guión lleno de frases trilladas y chistes obvios que acompañan al limitado argumento y las sobreextendidas escenas de acción. Libreto acompañado por actuaciones para nada memorables, ni siquiera de las dos ganadoras del Oscar arriba mencionadas.

El peso de la producción se hace sentir, no sólo por los exóticos autos a los que estamos acostumbrados, sino también por locaciones heterogéneas como una bellísima La Habana y una gélida Islandia. Es una película que cuenta con dar lo que solemos esperar: bellas mujeres, autos de millones de dólares y maniobras automovilísticas imposibles. Idea reducible a la lógica de poco riesgo y mucha ganancia, para una franquicia cómodamente instalada y con buena proyección.

estrella25

 

 

 

 

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