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Las imágenes que se ven están en blanco y negro, tienen poca movilidad y recuerdan a esas películas mudas con las que no estamos muy familiarizados. Las voces que se escuchan son de hombres mayores, esos que uno enseguida asocia con abuelos. Hablan de forma pausada, tranquilos, casi como si no estuvieran contando que pelearon en la Primera Guerra Mundial cuando eran apenas adolescentes. They Shall Not Grow Old (Jamás llegarán a viejos) es un documental producido y dirigido por Peter Jackson, que sirve como retrato perfecto de la Gran Guerra y que no sólo cuenta con un inmenso valor histórico, sino que es una verdadera joya del cine documental.
Utilizando archivos de la BBC, el documental sólo utiliza filmaciones reales. La primera media hora muestra a los soldados británicos preparándose para ir al frente, el entrenamiento y, sobre todo, los jóvenes rostros que marcharían a la Guerra. Las voces que se oyen son solo de soldados que combatieron, cuentan cómo hicieron para enlistarse, cómo la gran mayoría de ellos mintió sobre su edad y del orgullo que suponía pelear. Jackson decidió hacer un documental en el que la historia es contada por los protagonistas y sólo ellos, en el que lo único que se vea sean esas filmaciones de principio de siglo, sin importar la crudeza.
En un trabajo de edición maravilloso, la primera media hora, esa en la que se ve el entrenamiento, es en blanco y negro, pero en el minuto en el que llegan al frente la imagen obtiene color y se escucha el ruido de la guerra. Las voces siguen contando lo que vivieron y lo que sufrieron, cada archivo coincide perfectamente con lo narrado, sumando caricaturas que eran publicadas en los diarios, fotos y muchas cosas más.
A medida que el conflicto avanza las voces se van quebrando, se siente la emoción, el terror y todas las cicatrices que esas batallas dejaron. Profundamente emocional y humana, esta cinta cuenta y revela los horrores de la guerra de una forma visceral con la que es imposible no emocionarse. Peter Jackson trabajó durante cuatro años en este proyecto y se nota la pasión con el que está hecho.
En un tono más personal, los documentales no suelen atraerme, me cuesta encontrar alguno que me emocione o me atrape. A los diez minutos de empezada They Shall Not Grow Old, estaba totalmente inmersa en la historia. En las voces de esos hombres podía reconocer a los chicos que habían sido cuando vivieron todo eso, sentí cómo se me erizaba la piel cuando describían una batalla y cómo se me formaba un nudo en la garganta cuando contaban cómo habían perdido a muchos compañeros.
Una experiencia que rara vez viví en una sala y que no puedo recomendar lo suficiente. Un hermoso homenaje a los soldados y una clase de historia contada por quienes la vivieron.
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