Crítica de Together: El (des)amor en tiempos de Covid-19.

La última propuesta de Stephen Daldry, protagonizada magistralmente por James McAvoy y Sharon Horgan, es una de las primeras producciones en insertar el contexto pandémico con tamaña relevancia en la historia.

¿De qué va? Una pareja rememora su historia, reluce sus miserias y se (re) descubre durante el confinamiento dispuesto a raíz de la pandemia de Coronavirus.

A pesar del hastío, la tragedia y el dolor, resulta imposible no pensar en el Covid-19 como una problemática que debería adquirir mayor protagonismo frente a la cámara y, obviamente, disminuirlo detrás de ella. Claro que esta idea no solo responde al deseo de un hipotético intercambio de planos en el que la enfermedad se traslade hacia la diégesis y la “normalidad” hacia el otro lado de la pantalla. Sí, no parecería haber un mayor deseo que ese. Pero, además, comienza a seducir -o al menos inquietar- el hecho de espectar historias en las que el virus y sus posteriores consecuencias comiencen a ocupar un amplio arco argumental. En ese caso, Together no será la excepción.

La historia comienza el 24 de marzo de 2020, momento en el que inició el aislamiento obligatorio en Reino Unido, presentándonos a una pareja de la cual no conoceremos sus nombres (James McAvoy y Sharon Horgan) junto con su pequeño hijo, Artie (Samuel Logan). De inmediato, el problema es claro: tanto él como ella se resisten a la idea de que el confinamiento los obligue a permanecer más cerca de lo normal. Bajo esa premisa, surgirán viejos rencores (a veces representados con humor, otras de manera desgarradora) a los que se suman las inevitables transformaciones que los personajes irán sufriendo a raíz de la pandemia.

Desde ya, Together es una propuesta difícil. No así por sus situaciones que, en definitiva, son las esperables desde un principio. De hecho, es imposible que tanto ellas como las reflexiones y miserias de los protagonistas no nos remitan a diversos momentos de la pandemia -la película transcurre durante un año desde el primer confinamiento-. En cambio, el hecho de que los personajes rompan permanentemente la cuarta pared puede ser motivo de rechazo para quienes no estén acostumbrados a este recurso y para aquellos que no conecten con el teatro en pantalla.

No obstante, más allá de la permanente autorreferencia de los protagonistas (un tanto tediosa cuando cae en monólogos o diálogos bastante artificiales) y el interés que despierta imaginar el destino de una relación tan impredecible como por momentos despreciable, hay una decisión de dirección más que atendible que decide desprenderse de la puesta teatral para suplantarla por el recurso plano/contraplano -cine, en definitiva- cuando la pareja transita puntos de inflexión que, es dable señalar, están magníficamente construidos.

Hay magníficas e intensas interpretaciones y un guion que no solo se dedica a explorar las turbulentas idas y venidas de una convulsionada pareja, sino también a reflexionar sobre diversas cuestiones que se instalaron en el debate diario desde marzo de 2020 al día de hoy, tales como la responsabilidad individual, el rol del estado, el significado de las campañas de vacunación y la influencia de la ideología en varios de estos puntos. En definitiva, a pesar de lo abrumadora que puede llegar a ser durante algunos pasajes, Together es una lectura más que interesante y que, aunque cave en heridas aún abiertas, logra hacerlo lejos de la superficialidad (en la mayoría de los momentos) y con una mirada que invita a seguir adelante, a pesar de la tormenta.

estrella35

 

 

 

 

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