Crítica de Zombies en el Cañaveral: El documental

En 1965, una película filmada en la provincia de Tucumán, Argentina, se adelantó a su tiempo y cambió para siempre el cine de terror. Esta es su historia.

Zombies en el Cañaveral: El documental

Qué maravillosa aventura es la de hacer cine. Y qué género noble puede ser el falso documental.

Del interior del país al mundo, una película tucumana fue pionera en el terror del último medio siglo. De culto o maldita, es el Santo Grial del cine nacional y una producción fundamental en el desarrollo del cine de género a nivel global. El cinéfilo sabe de ella. Son pocos los que la vieron, pero hay datos sueltos sobre su producción, rodaje y estreno que permiten llenar los espacios en blanco y continuar persiguiendo esta quimera. Es que por distintas vicisitudes, es hoy una película perdida. Zombies en el Cañaveral no existe.

Afortunadamente para nuestro cine, tenemos disponible lo siguiente mejor: un documental con el sello de Pablo Schembri, que trata de aportar las piezas faltantes de este rompecabezas.

Zombies en el Cañaveral: El documental

Son dos los caminos a recorrer para lograr ese objetivo. Uno de corte clásico, con entrevista a su director Ofelio Linares Montt (un impecable César Legname), a herederos de otros que de una u otra forma estuvieron involucrados en la producción y a críticos de cine como Diego Trerotola o Roger Koza, que aportan solidez académica. Es que El Documental en ningún momento abandona el juego de si lo que se ve es real o no. El verosímil nunca se rompe, de hecho se lo apuntala a cada minuto, y se lo consigue con una dedicación absoluta a las que serían las condiciones sociopolíticas y cinematográficas en las que hubiera surgido una película tucumana de zombies en 1965.

La otra vía es la de la búsqueda del tesoro. El escritor Luciano Saracino se pone a la cabeza de una expedición para dar con este proyecto desvanecido, una que lo lleva a revisar latas cubiertas de polvo y a conocer a otros coleccionistas, periodistas y a todo aquel que pueda aportar otra pizca de información a la causa. Uno de los factores para el éxito de Zombies en el Cañaveral: El Documental es el supuesto material de archivo, piezas de colección que dotan de un valor agregado a la experiencia, ni hablar de cuánto se ve resaltado por un gran trabajo en lo que es la animación y los efectos.

La hazaña de salir a filmar, contra todo pronóstico y toda lógica, y lograr algo glorioso. Pablo Schembri nos hace partícipes de una aventura apasionada y profundamente cinéfila, tan inspirada que emociona.

8 puntos

 

 

 

 

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