Lo mejor del 2021, según Lucas Soto

Aquí están, ellas son…

2021, 2020 bis, 2020: segundo round; podemos llamar de muchas formas a este año que, a pesar de dar inicio a una “nueva” realidad, nos dio alguna que otra alegría, por más que no hayan sido muchas. Me refiero a que durante estos meses pasado se presentaron muchas de esas películas que estaban pautadas para el año anterior, pero que por la pandemia y/o por toda esta movida del streaming y una ventana que es cada vez más corta decidieron postergarse para que el público pudiera vivir la experiencia definitiva.

Hoy les voy a escribir unas breves palabras sobre algunas pelis que lograron estrenarse y otras no. Lo curioso de esta lista es que las que llegaron a la gran pantalla fueron o un fracaso de taquilla o apenas consiguieron la recaudación mínima para cubrir el budget.

¿Me voy a poner pesado con que el cine está sufriendo, tal vez, uno de los golpes más duros? No, no los voy a torturar, pero sepan que, allá fuera, hay muchas más cosas lindas que gemas espaciales y nostalgia inducida.
Sin más vueltas, allá vamos con las que son, para mí, las mejores que nos dejó este 1 d. C19.

El Prófugo, de Natalia Meta

Con el sonido como protagonista, una puesta perturbadora y una Erica Rivas que da cátedra, El Prófugo es un viaje hacia lo más profundo de la conciencia, dónde el miedo a progresar y las voces incesantes de un futuro deseado zambullen a nuestra protagonista hacía los confines de una locura necesaria. Gran hallazgo nacional, gran obra en todo el sentido de la palabra.

La encontrás online.

El Último Duelo, de Ridley Scott

Tal vez la película que más abracé por ser una de las 5 personas que estaban acompañándome en la sala, El Último Duelo se estrelló en taquilla, pero no por eso debemos olvidarla. Con guión de Matt Damon, Ben Affleck y Nicole Holofcener, la película se apoya en el efecto Rashomon para adentrarnos en una clase magistral de puntos de vista. Con variación de lentes e interpretaciones tan sutiles como bestiales, Ridley vuelve a la épica de la mejor forma posible.

Está en Disney+.

Shadow in the Cloud, de Roseanne Liang

Si, la de Chloë que es más fácil bardearla que comprenderla (y eso que no lleva mucho trabajo). Con guión de la misma Liang y Max Landis, la película nos regala una clase de voz en off, en dónde la enorme Chloë nos lleva al corazón del miedo a lo incomprendido con sus expresiones. Con una primera mitad que remite al cine de encierro, para luego irse a un show explosivo que roza la grandilocuencia, Shadow in the Cloud es un blockbuster hecho y derecho que acompaña a estos tiempos muy acertadamente.

La encontras por ahí. Dale, busca che.

In the Earth, de Ben Wheatley

Psicodélica, persuasiva, penetrante y aterradora, el nuevo viaje de Wheatley nos mete en el corazón de un bosque folclórico, en dónde la niebla circundante y los huéspedes indeseados son uno de los tantos enemigos que se le presentan a nuestros protagonistas. Con un contexto similar al que estamos transitando, y siendo filmada en apenas unas semanas, In the Earth se transforma en la sci–fi gore movie pandémica por excelencia.
Ah, y Clint Mansell nos regala uno de los mejores soundtracks de su carrera.

También anda por ahí. ¿Pensaste que iba a estar todo en la N roja?

No Time to Die, de Cary Fukunaga

La 25 de Bond, la última de Craig y un sinfín de emociones conglomeradas en una de las películas de espionaje más esperadas, y con una ejecución que no solo cumple, sino que supera a su predecesora para darnos el broche de oro que tanto necesitaba este enorme personaje. Gracias Fukunaga por demostrar que debajo de todo budget hay algo más importante a la hora de realizar un film; hay amor.

A esta la tenés más fácil.

Pig, de Michael Sarnoski

¿Nic Cage? Lo tenés. ¿Mirada contemplativa en un bosque silencioso? Lo tenés. ¿Un chancho? Lo tenés. ¿Una de acción desenfrenada? Acá te freno y te digo que te sientes a disfrutar una de las películas más introspectivas y, por ende, bellas que nos dejó este año. Sos enorme, Nicolas, no me voy a cansar de decirlo nunca.

Busca, dale, que con las anteriores ya encontraste algún que otro sitio de confianza.

Akelarre, de Pablo Agüero

Agüero nos trae una obra tan pretenciosa como bellísimamente ejecutada. Concentrándose en la caza de brujas allá por el siglo XVII, la trama sigue a las víctimas pueblerinas que, entre el miedo a morir calcinadas y la locura que les infunde el encierro, se sumergen en un laberinto de mentiras y traiciones para sobrevivir de las garras opresoras de la iglesia vasca.
Una lección audiovisual que estremece y queda dando vueltas en la cabeza por días.

Ponete contento, a esta la encontrás en Netflix.

Titane, de Julia Ducournau

Después de su Raw, Julia pone el pie en el acelerador para darnos una cachetada en el medio de la cabeza. Sin tapujos ni pelos en la lengua, este lisérgico viaje al corazón de transhumanismo es la lavada de cara que necesitaba todo este progresismo amarillista y propagandístico que anda dando vueltas. Con una Agathe Rousselle y un Vincent Lindon que nos llevan al borde de la lívido con su poder actoral, Titane se transforma no solo en un visionado obligatorio, sino en uno que perdurará en el inconsciente colectivo.

Está en Mubi (o dando vueltas por ahí).

The Innocents, de Eskil Vogt

De esta cabecita perturbadora salió Thelma, allá por el 2017. Ahora Vogt no solo escribe, sino que dirige este film que es tan escandinavo que se te pone la piel de gallina con solo ver el poster.
Nenes, un verano de vacaciones. Cuando los grandes no están, los pibes se divierten… y descubren sus poderes telequinéticos.
Gran ejercicio de cómo laburar la progresión dramática, la sutileza en el montaje y en las pequeñas acciones dan cuenta del amor que hay puesto acá.

Andate de Netflix y volvé a la G tecnicolor.

West Side Story, de Steven Spielberg

Se estrenó una semana antes que Spiderman y los super amigos y fue un desastre en taquilla. Spielberg, en cartelera, desastre de taquilla. Algo no cuadra, pero eso no quita que estamos ante una joya que brilla tanto que no necesita apoyarse ni en su predecesora ni en otras películas del género.
Sci – fi, drama, aventura, biopic, bélico, ahora musical. ¿Algún genero que no manejes, hermano?
Romeo y Julieta como nunca antes, un amor antiguo que prevalece, más poderoso, resonante y necesario que nunca.

Todavía sigue en algunas salas seleccionadas. Hacete un favor y anda.

Algunas menciones

Love and Monsters, de Michael Matthews

Con un estreno menor en 2020, este film pisó fuerte en la N a principios de este año. Con el manual del héroe bajo el brazo, Matthews nos regala esta Road Movie postapocalíptica que reboza de simpatía e inteligencia. Ah, y tiene un perrito.

The Killing of Two Lovers, de Robert Machoian

Esta salió en 2020, pero resonó por la red recién este año. Con un aspecto radio 4:3 que aprieta hasta el cansancio, este drama romántico sacude muy, pero muy fuerte. El amor como símbolo de un pasado que fue mejor, los celos como solución violenta y el silencio como pausa contemplativa son algunos de los tópicos que plantea esta enorme indie que da cátedra.

Hasta acá gente, de más está agradecerles a todos, desde a la redacción hasta a vos, que llegaste porque nos encontraste en las redes o porque viste la luz prendida y te metiste, por este año lleno de visionados escabrosos y sabrosos.

Espero que el año que viene nos encuentre a todos con muchas pelis que nos vuelen la cabeza, que nos hagan reflexionar sobre qué estamos haciendo mientras miramos un punto fijo todos los lunes a las 7 am y que, por sobre todo, nos haga seguir adelante para atravesar esta rutina tan agobiante y cansadora. Porque el cine es eso, es una forma de vida.

El cine es supervivencia.

¡Feliz fin de año!