Midnight Mass: el verdadero horror es el fanatismo religioso

Algunas líneas sobre la nueva serie de Mike Flanagan en Netflix

Recientemente estrenada, Misa de Medianoche cuenta la historia de Riley Flynn, un ex-convicto que pasó cuatro años en la cárcel luego de matar a una chica por conducir ebrio. Alguna vez un joven cristiano muy creyente, vuelve a su pueblo natal en la isla Crockett donde la mayoría de los habitantes promulgan la religión, sin embargo él regresa convertido al ateísmo. Junto a él llega Paul Hill, un nuevo cura para la parroquia del lugar, quien consigo trae un misterioso baúl. A medida que el pueblo se adapta a su nuevo párroco, cosas extrañas empiezan a pasar en la isla. Riley, por su parte, tiene dificultades para reencontrarse con sus seres queridos y con su fe.

No hay dudas de que Mike Flanagan tiene una particular habilidad para contar historias que entristecen a sus espectadores, más de lo que los asusta. Ya sucedió con La maldición de Hill House, La maldición de Bly Manor y El juego de Gerald. Otro de sus puntos fuertes son los llamados «easter eggs» (pistas) escondidos en sus diferentes producciones. En las series pueden ser los fantasmas, pero en El Juego de Gerald y Hush, su mayor pista fue un libro titulado «Midnight Mass». Es decir que es un proyecto que lleva pensando desde el 2016 y que, en sus propias palabras, «es muy personal». Incluso ha tomado algunos eventos reales para la inspiración del capítulo final.

En su elenco recurrente, encontrado también en está serie, están Kate Siegel (que es además su esposa), Samantha Sloyan y Henry Thomas (E.T. the Extra-Terrestrial), a quienes se suman Zach Gilford, Hamish Linklater y Rahul Kohli en los roles principales. Las actuaciones son muy destacadas y los personajes, particularmente el de Samantha y el Zach, resultan sumamente interesantes en la historia tanto por su desarrollo individual como por la conexión con los demás. Otro punto a señalar es el personaje de Rahul, quien profesa la religión musulmana y está sumamente bien escrito y representado.

La música es otro apartado notable en la serie, compuesta mayormente por cantos religiosos en coro, lo que le da un tono aún más tétrico a los eventos que se dan a conocer. A decir verdad, poco se puede exponer sin hacer spoilers porque es importante que no se revelen antes de tiempo los giros. Sin embargo, sí se puede afirmar que la serie propone un enfoque distinto del horror. No son tanto los acontecimientos extraños, sino la reacción de los habitantes de Crockett a estos. El verdadero horror es el fanatismo ciego religioso y la conexión de los acontecimientos como algo fríamente calculado por su principal actor.

Hay que decir también que tiene muy trabajado el diálogo al momento de incluir diferentes pasajes de la Biblia de acuerdo a cada título del capítulo. Tiene varios monólogos largos donde se replantean algunas ideas tanto del cristianismo como del ateísmo y se exponen diferentes puntos de vista que pueden invitar al espectador a reflexionar. Un claro trabajo de guion que fue colocando pistas (de nuevo) de eventos que van a suceder a futuro, pero de los que no te das cuenta hasta que lo hacen. Por su parte, el aspecto visual de la serie es en general muy cuidado y se luce. Incluso en los momentos de claro CGI.

Para quienes se cuestionen la posibilidad de una segunda temporada, no es solo poco probable por su más que cerrado final sino porque no suele ser el estilo del director. Pero nunca digas nunca. Por el momento es la serie más corta de su creador, con 7 capítulos de duración. Y promete dejar mucho de qué hablar entre sus fanáticos.