Terrence Malick, un observador meticuloso

Celebramos la obra del ermitaño director.

Terrence Malick

Cineasta particular resulta Terrence Malick. Pensar que en sus extensos 45 años de trayectoria como director, su nivel de producción ha oscilado de modo notable. Al estreno de su film The New World (El Nuevo Mundo), en 2005, este nativo de Illinois -nacido un 30 de noviembre de 1943- había finalizado solamente cuatro películas, hito que no resulta un dato menor. Este aspecto nos habla a las claras de lo espaciado de sus trabajos detrás de cámaras.

Sin embargo, aquella película representaría un antes y un después en su carrera. Casi al ritmo de una película por década, Malick desgranó una serie de títulos cautivadores. En los fulgurantes años ’70, revolucionó al cine independiente con un film de culto que marcó a fuego la época: Badlands (1973). Luego, nos conmovió una vez más con su impecable Days of Heaven (Días de Gloria, 1978). Sin embargo, un ostracismo de 20 años nos haría extrañar su maestría visual hasta que, a fines de la década del ’90, realizó el excelente film bélico The Thin Red Line (La Delgada Línea Roja).

Terrence Malick

Posteriormente a estrenar esta obra, pasaría más de un lustro hasta conocer su citada realización: El Nuevo Mundo. Se trata de una personal visión de la conquista de tierras vírgenes por parte de los colonos ingleses y su choque de culturas con los nativos indios de la zona. A lo largo de sus primeros cuatro films -y como una indeleble marca autoral-, Malick reflexiona de forma poética y alegórica. Su mirada es pasiva y lírica, mientras el relato que suele acompañarla aporta densidad y cadencia. Como inmejorable aliada a dichas búsquedas estéticas, la puesta en escena que suele elegir se permite jugar con los elementos de la naturaleza y del paisaje, expresando su sentido metafórico de modo cristalino. Es la idiosincrasia elegida por Malick para mostrar su visión sobre la civilización de su tiempo.

A pesar de contar, a lo largo de sus películas, con figuras integrantes del elenco pertenecientes al star system hollywoodense como George Clooney, Colin Farrell, Christian Bale, Brad Pitt, Jessica Chastain, Natalie Portman o Ryan Gosling, su obra entera no pretende un lucimiento «de actores». En su conjugación plástica toma más relevancia el lenguaje que intenta expresar Malick, por medio de sus ideas estéticas, a través de la mencionada puesta en escena y su funcionalidad narrativa. Efecto que logra de modo constante y homogéneo.

Mencionamos anteriormente que El Nuevo Mundo constituiría una bisagra personal. De allí en más, la carrera de Malick continuaría por senderos aún más prolíficos luego de estrenado este film, encadenando una serie de obras de gran factura con inusual rapidez: The Tree of Life (2011), To the Wonder (2012), Knight of Cups (2015), Voyage of Time (2016) y Song to Song (2017). Mientras tanto, aguardamos el estreno comercial de su última incursión cinematográfica: A Hidden Life.