The Worst Person in the World: un relato millennial que explora el amor y la libertad

El director noruego Joachim Trier ofrece un drama que expone, a través de la mirada de Julie, temas profundamente humanos como el amor, el desamor, la maternidad, el compromiso y la libertad.

¿De qué va? The Worst Person in the World es un drama moderno sobre la búsqueda del amor y su significado en la sociedad contemporánea. Un filme que relata la vida de una joven que está por cumplir treinta años y vive un conflicto existencial. Julie es una mujer joven que navega por las aguas turbulentas del amor y lucha por encontrar su vocación profesional y, en esta búsqueda, logra tener una visión más realista de su propia vida.

Ahora que ha sido nominada a mejor guion original y mejor película internacional en los Oscars 2022, luego de alzarse con varios premios en otros reconocidos festivales tales como: Festival de Sevilla (premio del público), el Círculo de Críticos de Nueva York (mejor película en habla no inglesa), el Festival de Cannes (mejor actriz), entre otros, es oportuno dedicarle algunas líneas al filme noruego The Worst Person in the World, del director Joachim Trier.

Un drama romántico que analiza inteligentemente temas tan humanos como el amor, el desamor, la maternidad y el compromiso, a través de la mirada de Julie (Renate Reinsve), una joven millennial que retrata muy bien algunas de las características que se le han adjudicado a esta generación, por ejemplo, ser una joven que vive en un entorno de constante incertidumbre, trabajos cambiantes y relaciones inestables. Aunque Julie está por cumplir sus 30 años, al no encajar en los viejos roles establecidos por la sociedad, se encuentra sumergida en un eterno conflicto existencial. Sin embargo, son sus propios conflictos los que le permitirán reconocerse.

Para adentrarnos a la vida de Julie, el filme se estructura -cual novela- en doce capítulos, un prólogo y un epílogo, que se funden magistralmente. A través de estos capítulos vamos conociendo la vida de su protagonista y su forma de interactuar con los otros, en las que resaltan su relación con Aksel (Danielsen Lie), un irreverente artista de cómics y 15 años mayor que ella y Eivind (Herbert Nordrum), un joven que se encuentra más cercano a las creencias de Julie y su forma de actuar ante la vida.

Esta historia -escrita por el propio Joachim Trier, en compañía de Eskil Vogt– trata de exponernos una realidad generacional y esto se puede vislumbrar, por ejemplo, en la dispareja forma en que Julie y Aksel ven el mundo. Mientras que para Aksel todo tiempo pasado es mejor, para Julie toda mejora parece estar en el futuro. De allí su necesidad de vivir intensamente cada minuto, aunque sus decisiones puedan ser erradas, ella -aparentemente- no se arrepentirá de nada y por ello, tal vez, sea calificada como “la peor persona del mundo”.

Gracias a la deslumbrante actuación de Renate Reinsve, quien logra -en su primer papel protagónico- adentrarnos a los más profundos sentimientos de Julie, la historia logra estar muy bien consolidada. Reinsve nos regala un personaje complejo -lo que le valió la distinción de mejor actriz en Cannes y otros festivales-, un personaje basado en la dualidad, capaz de pasar de la alegría a la tristeza, del enamoramiento más profundo al desencanto total. Un personaje propio de nuestros tiempos en donde la incertidumbre parece estar a la orden del día. Asimismo, vale la pena señalar la magistral interpretación de Danielsen Lie, como Aksel, quien se compenetra a la perfección con Julie. El trabajo de Lie es esencial para comprender el propio camino que recorre la protagonista del filme, sin que esto signifique que Julie define su vida a través de sus relacionas amorosas, sino todo lo contrario.

Si bien la historia de una joven que trata de encontrar su destino – tipo coming of age– puede resultar trillada y hasta aburrida, este relato -en las manos de Trier- sale victorioso, puesto que el mismo se presenta con una mirada más realista y honesta que le permite al filme alejarse de ciertos convencionalismos. Asimismo, Trier nos sorprende con algunos momentos verdaderamente interesantes que aportan originalidad a los temas tratados. Uno de estos momentos se aprecia cuando Julie y unos amigos consumen unos hongos alucinógenos, una escena surrealista que nos introduce a temas tan profundo como la libertad, el tiempo y el abandono de un padre.

Vale destacar el trabajo fotográfico de Kasper Tuxen, quien con su cámara logra introducirnos en la piel de la propia Julie, haciendo que la mirada atenta del espectador se funda con la mirada intima de la protagonista. Todo estratégicamente compenetrado con una maravillosa banda sonora a cargo de Ola Fløttum.

En conclusión, The Worst Person in the World, sin duda alguna, se merece todos los premios y las nominaciones que hasta ahora ha recibido, porque si bien es una película cuya trama ha sido mil veces contada, la misma se presenta de manera original, un drama agridulce capaz de llevarnos por momentos introspectivos que nos invitan a pensar sobre la vida misma y los caminos que hemos decidido transitar. Un relato sincero que -a través de su protagonista- nos interpela y nos hace cuestionar si nuestras decisiones -buenas o malas- realmente nos convierten -como a Julie- en las “peores personas del mundo”.

estrella45