Secciones
¿De qué va? Un equipo de exitosas jugadoras de fútbol de instituto pasan a ser las (des)afortunadas supervivientes de un accidente de avión que se estrella en la más profunda y salvaje naturaleza de Ontario.
Yellowjackets es la nueva obsesión del momento que deberían estar mirando.
A priori parece un producto confeccionado para hablar sobre él semana a semana, pero es una serie de horror multilaminada que maneja dos líneas temporales y un puñado de misterios tan sugerentes como los inicios de Lost. ¿Podemos decir que es la nueva Lost? Sin duda alguna, ya que genera un vicio implacable a la hora de verla, pero con la ventaja de que el estudio productor se puede permitir un relato brutal, violento, sangriento y pavoroso, con un elenco de lujo.
El magnífico piloto, dirigido por Karyn Kusama (Jennifer’s Body, The Invitation, Destroyer) ya marca (casi) todos los elementos que consagrarán a la serie. Corre el año 1996 y las casacas amarillas del título son un aguerrido grupo de jugadoras de futbol femenino, en viaje a las finales nacionales del campeonato. Hay nervios y tensión entre las colegas y amigas, pero tendrán que dejar todo el drama escolar de lado cuando un contundente accidente aéreo las deje varadas durante 19 meses en los inhóspitos bosques canadienses, a la espera de un posible rescate. Sí, sí, es muy El Señor de las Moscas con protagonistas femeninas, pero hete aquí el gran acierto de la serie de representar una segunda parte en donde saltamos veinticinco años al presente, donde las supervivientes adultas intentan rearmar sus destrozadas vidas. Es como si la gran revelación de Lost con el «We have to go back!» formase parte del ADN de la serie desde su misma incepción, lo cual inmediatamente genera muchos interrogantes, piezas del rompecabezas que los creadores Ashley Lyle y Bart Nickerson liberan episodio a episodio, en cuentagotas.
Ver un capítulo de Yellojackets es como presenciar un partido de ping-pong: tu atención va de un lado al otro, tanto a 1996 como al 2021, al pasado como al presente. Los misterios y preguntas se acumulan en ambos extremos, y poco a poco vamos resolviendo diferentes incógnitas, mientras muchas más aparecen y quedan para un futuro que, de lograr lo que se propone, tendría cinco temporadas en total. El gran miedo es que arruinen un producto casi perfecto, pero hay una confianza arrogante de que lo que se tiene entre manos es una amalgama exquisita que solo el tiempo decidirá si es infundada.
Gran parte del éxito es su vasto elenco, tanto el juvenil como el adulto. Sophie Nélisse, Jasmin Savoy Brown (su gran año junto a la nueva Scream), Ella Purnell, Sophie Thatcher, Sammi Hanratty, entre otras, encarnan a las accidentadas jugadoras. Amigas y rivales constantes, ponerlas en aprietos saca rencillas y diferencias entre ellas como en una olla en ebullición, situación que solo se agudiza conforme pasen más tiempo atrapadas. Las adultas son igual de geniales. A Melanie Lynskey la venimos viendo como secundaria en cine y series hace mucho, con lo cual el protagónico de Shauna le viene como anillo al dedo para sorprendernos semana a semana con sus aptitudes dramáticas. Tawny Cypress es la Taissa adulta, una mujer de armas tomar en plena campaña electoral, mientras que las consagradísimas Juliette Lewis y Christina Ricci se engullen cada escena como las adultas Natalie y Misty. Nat tiene un pasado con muchas drogas y sin rumbo en la vida, mientras que el personaje del año Misty Quigley podría otorgarle muchos premios a una Ricci completamente inspirada y metida en un rol simplemente inolvidable en su complejidad, que hará las delicias de la audiencia.
El horror llega en olas, pero llega. Hay un coqueteo fuerte con lo sobrenatural que conmina a repensar todo lo sucedido y a peinar los episodios por posibles pistas. Sumado a un elenco iluminado, un soundtrack bien vintage y mucha mala leche, Yellowjackets en sus primeros diez episodios nos abre las puertas de una fascinante y oscura nueva obsesión que ya tiene segunda temporada asegurada.
La primera está disponible en Showtime y en la plataforma Paramount+ en Latinoamérica.
