Crítica de Marauders / El gran golpe

Un agente del FBI sigue la pista de unos ladrones de bancos que donan el botín a la caridad. Durante la investigación, él descubre que el director de uno de los bancos ha encubierto de alguna manera a los ladrones, lo que creará gran confusión en el caso.

Si una película no se estrena en cines en su país de origen, o lo hace de manera muy limitada y pasa directo a plataformas online, sabemos que estamos ante un problema. Una vez terminada Marauders, uno puede entender el porqué. Más parecida a un capítulo largo de una serie al estilo NCIS o afines, lo nuevo de Steven C. Miller tiene muchos pecados encima y sólo la estimable ayuda de su elenco subsana lo que de otra manera sería un policial olvidable.

El atraco a un banco da el puntapié a la trama, una apertura contundente que se convierte en la mejor escena de la película, en la que el detective Montgomery (Christopher Meloni) comienza las indagaciones pertinentes. Él tiene una triste historia por detrás, motivo que lo empuja a resolver este sospechoso caso con un ímpetu casi suicida. Como es usual en este género, nada es lo que parece y las pistas y giros de guión se irán apilando uno atrás de otro. En el mismo equipo se encuentra el ex-luchador devenido en actor Dave Bautista como su segundo al mando, el novato pero altamente condecorado Agente Wells interpretado por el carilindo Adrian Grenier y, por último, el apesadumbrado Detective Mims de Johnathon Schaech. Bautista sigue robando cámara en todo momento, mientras que Meloni se dedica a devorar cada escena, adueñándose de la pantalla como su icónico personaje Elliot Stabler de Law & Order: Special Victims Unit pero con esteroides. Y ya que el póster tanto vende su participación, debo decir que es una completa lástima el desperdicio que resulta el personaje de Bruce Willis, quien desde su primera escena ya deja entrever un hastío de haber participado en el proyecto, cuando cualquier otro actor hubiese podido interpretar a este presidente bancario metido en actividades turbias.

El mayor inconveniente de Marauders no es que acumule cliché sobre cliché y que no aporte nada nuevo al cine de atracos, sino que el guión de Michael Cody y Chris Sivertson es por demás confuso y exige mucha atención de parte del espectador para que no se pierda en el laberinto. Esto no sería un problema si cuando todo se resuelve uno siente que ha merecido la pena el esfuerzo de atravesar más de hora y media de investigaciones, sospechosos y más. Para el momento en el que se devela la mente maestra detrás del robo y los asesinatos, la historia ha dado tantos giros que la poca atención conseguida no alcanza para satisfacer la resolución impuesta desde el guión.

Marauders es por demás genérica, convulsa y sin mucho que la destaque por sobre otras propuestas similares. Es un escenario perfecto para que Meloni haga de las suyas y por su sola interpretación es que este estreno comercial vale la pena ser visto. Para el resto, hay mejores exponentes del género para disfrutar.

estrella15

 

 

 

 

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