Crítica de Black Widow

Natasha Romanoff tendrá que enfrentar a su pasado, en una misión que la reencontrará con viejos conocidos y la pondrá frente a frente con una peligrosa conspiración.

La gran y esperada vuelta de Marvel al cine. Cuando llegó la pandemia, una de las primeras películas en ser pateadas indefinidamente fue Black Widow, con la esperanza de Disney de hacerla salir sí o sí en salas, y no mediante Disney+. Y si bien con el tiempo pudieron confirmar que la opción de Premier Access en la plataforma también les funciona, tuvieron que esperar más de un año para estrenarla, cambiando completamente la tan organizada grilla de estrenos. Recién en este último medio año empezaron a volver al ruedo con sus series originales, pero es ahora que regresan a los cines con un público hambriento de pelis de superhéroes. Aunque tenga sus fallas y al final parece ser una más del montón, la misión de Natasha Romanoff es una historia sorprendentemente entretenida e interesante.

En el medio de Captain America: Civil War y Avengers: Infinity War, Natasha deberá enfrentar su oscuro pasado cuando una peligrosa conspiración que se relaciona con ella sale a la luz. Con viejos conocidos y contra una amenazante organización, tendrá que hacerle frente a sus viejos años de espía, mucho antes de convertirse en parte de los Avengers.

Aunque la oportunidad de hacer su propia película estuvo desde mucho antes, la injusta propuesta salarial de lo que ganaría Scarlett Johansson en comparación de lo que ganaban cualquiera de sus compañeros fue suficiente como para no dar luz verde al proyecto. Tuvieron que pasar muchos años para que una industria que prioriza los superhéroes masculinos le diera la chance de contar su historia a una de sus heroínas más populares y que más tiempo llevaba en el universo que desarrollaban. Afortunadamente, fue un tiempo bien esperado porque el resultado expande sobre un personaje ya construido e introduce nuevos jugadores que sin dudas irán ganando importancia más adelante.

Lo que -en un principio- diferencía a Black Widow del resto, es su fuerte inspiración en el cine de espías. Aprovecha la típica dinámica en la que los protagonistas tienen que ir de misión a misión a lo largo del mundo, con secuencias de acción diferentes entre sí que mantienen la película rápida y entretenida. La trama está hecha de una forma que te mantiene enganchado mientras encaja nuevas justificaciones para sumar personajes nuevos que le aporten a la historia. Pero como suele pasar en muchas pelis de Marvel, llegando al final el ritmo cambia drásticamente en favor de lo espectacular, lo que en este caso se siente innecesario y exagerado. No porque la explosiva conclusión no tenga sentido dentro del fantástico universo que plantean, sino porque la película se venía manejando por una vía mucho más anclada a la realidad.

Las distintas escenas de acción -que especialmente las primeras recuerdan mucho a las últimas de Misión Imposible- son correctas, pero solo brillan cuando no se cortan tanto con la edición y dejan ver la increíble coreografía que en cada ocasión hace uso del entorno. En el final abandona la onda espías para darle lugar a la típica resolución Marvel, lo que saca a la luz la bajada de línea que dan desde el estudio. Si bien hace años que vienen dándole a algunos directores más libertad creativa (con los mejores resultados), no siempre es así y este es claramente uno de esos casos, ya que la directora Cate Shortland no estaba ni cerca de tener experiencia en hacer blockbusters de acción. Su acercamiento al género de espías y la profundidad dramática en los personajes está muy bien aplicado y es lo mejor que tiene para ofrecer; y por eso es una lástima que para el final el espectáculo tome mucha más importancia en vez de haber seguido con lo que venían haciendo.

Una de las mayores diferencias (y aparentes desventajas) de esta entrega con el resto, es la presencia de personajes ya introducidos. Mientras que en las secuelas de Capitán América, Iron Man o Thor siempre había dando vueltas algún personaje que ya conocíamos, Black Widow no tiene a nadie del pasado que sirva para hacer más interesante y atractiva la historia que quieren contar. Sorprendentemente, la introducción de estos nuevos protagonistas es uno de los puntos más fuertes que tiene la película. David Harbour (Hellboy, Stranger Things), Rachel Weisz (The Mummy, The lobster) y Florence Pugh (Midsommar) se incorporan en el momento perfecto de la trama, y cada uno le agrega una motivación o conflicto diferente. Van más allá de ser nombres conocidos para la audiencia que potencien el marketing de la peli, y le agregan muchísimo interés y desarrollo a sus personajes. Exprimen el talento de cada uno, incluido el de Scarlett Johansson, especialmente en la segunda mitad, cuando la acción frena un rato y se da lugar a la conversación y la (sobre)exposición dramática. Más allá de la poca complejidad de los conflictos personales, no es algo muy común en este género, por lo que su buen desarrollo se aprecia y la hace destacar.

Pero más allá del foco que hay en cada personaje, sin lugar a dudas Marvel (y medio mundo) le tiene el ojo puesto al enorme talento de Florence Pugh. Aunque hace rato anda dando vueltas en la industria, desde Midsommar y Little Women que su nombre suena cada vez más fuerte como una de las grandes actrices del futuro-hoy. En Black Widow demuestra que puede sin problemas ser parte del contenido más pochoclero de la industria, al poner el cuerpo para las tremendas coreografías de acción tanto como dar la emoción en el desarrollo de su personaje. Como si fuera poco, se nota el fuerte potencial que le tienen encima ya que es ella quien protagoniza algunos de los mejores momentos y más divertidos diálogos. Sin duda, Florence Pugh es parte del futuro de Marvel.

Con el comienzo de la cuarta fase, los superhéroes más importantes están dejándole el lugar a una nueva camada para seguir desarrollando el universo. Y si bien Black Widow es también eso, lo más importante es la despedida de Scarlett Johanson con el personaje y con la audiencia. Lamentablemente, gracias al explosivo y desacertado final, el adiós se siente abrupto y poco emotivo. Es una pena como uno de los personajes que más tiempo lleva en el UCM y que tanto tardó en conseguir su propia película, no tenga el mismo tipo de despedida como los de Iron Man o el Capitán América. El adiós está presente, simplemente es poco en comparación con el resto.

Así y todo, nada quita los aciertos que tiene la película. Más allá de una conclusión innecesariamente espectacular para lo que venía siendo, Black Widow hace lo propio con una trama dinámica, escenas de acción entretenidas y un sorpresivo desarrollo con sus personajes. A pesar de las buenas ideas cae en los típicos errores de Marvel, pero hace lo suficiente como para ser una triunfante vuelta a las salas de cine. Ciertamente, un correcto regreso para encaminar la cuarta fase de la saga pochoclera más atractiva en la industria del cine de hoy.

7 puntos

 

 

 

 

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