De Curuzú Cuatiá nace un sonido distinto, casi indescriptible, cautivador y único. La cuna del chamamé también dio a luz a una de las bandas más experimentales del país, y Alejandro Gallo Bermúdez captura todo este delirio a la perfección en su ópera prima: Encandilan Luces.
Los Síquicos Litoraleños empezaron a tocar a principio de los 2000, primero en plazas y con instrumentos a medias. De a poco fueron sumando adeptos, también oyentes que admiraban desde lejos y mucha gente que hablaba de ellos. Su música e impronta daban de qué hablar en los pueblos y dejaban una marca en cada lugar en el que tocaban. El documental, que se filmó durante nueve años, retrata cada uno de estos aspectos a través de testimonios: desde amigos hasta periodistas, pasando por dueños de pensiones y colegas holandeses. Capturado con cámara en mano, transmite cierta sensación de intimidad a medida que cuenta la historia de la banda.
Al contar con testimonios de los músicos, la experiencia es distinta, porque se basa en lo que otros vivieron o sintieron al entrar en contacto con su música. Es honesto, gracioso y tiene elementos para todos los gustos: ovnis, hongos alucinógenos, historia y recorridas por bares de Amsterdam. Una obra obra imperdible para todo aquel que disfrute de la música, que quiera conocer otras cosas, que busque lo diferente y lo nuevo, no por nada a los Síquicos se los conoce como «el Pink Floyd de los pobres».
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