Crítica de Cold Pursuit / Venganza

Nels es un recto conductor de una barredora de nieve en una glamorosa ciudad de Colorado, cuya vida se ve dada vuelta cuando su hijo es asesinado por un poderoso zar de la droga local. Él entonces decide vengarse.

Nelson Coxman es el conductor del quita nieves en Kehoe, una ciudad montañosa que acaba de nombrarlo ciudadano del año. Al día siguiente de la ceremonia, la policía de Denver llama para decirle que su hijo murió de una sobredosis de heroína. Cold Pursuit es la nueva película de acción protagonizada por Liam Neeson, que combina humor con los clásicos elementos del género para lograr un entretenido resultado.

Hans Petter Moland dirige este film que se corre de las típicas historias de acción que se esperan con este actor como protagonista y consigue sorprender. La confusión y el enredo de situaciones, que van escalando hasta explotar, son parte central de la trama y, aunque están bien llevadas, no logran ganar la situación. Luego de que Nelson (Neeson) se entera de que su hijo apareció muerto, empieza una cacería para encontrar a los responsables. Él está convencido de que su hijo no era adicto y que en realidad fue asesinado. Este ciudadano modelo de una tranquila área de montaña termina siendo un justiciero que se enfrenta a un cartel de drogas.

Entre medio de su historia también están los policías de la ciudad: «Gip» Gipsky (John Doman) es un viejo oficial que ama trabajar en un pueblo tan tranquilo e intenta no ver problemas en ningún lado, pero tiene de compañera a Kim Dash (Emmy Rossum), una joven que busca un caso en donde puede. A medida que la venganza de Coxman avanza, la policía irá siguiendo el rastro pero totalmente desorientados. Así como lo harán los dos carteles involucrados. Una cadena de confusiones y malentendidos provocados por un padre intentando dar con los asesinos de su hijo hará que este tranquilo lugar se alborote y provocara peleas de territorio, asesinatos y, sobre todo, muchas risas.

Esta historia ya había llegado al cine y de la mano del mismo director. En 2014, Moland estrenó Kraftidioten (In Order Of Dissapearence), una película noruega protagonizada por Stellan Skarsgård. El problema es que, para cualquiera que haya visto dicha versión -como es mi caso-, esta nueva visión de la historia no será suficiente. Cuenta exactamente lo mismo, simplemente se cambian las nacionalidades y etnias de los personajes, pero no se ve nada nuevo u original. El humor noruego de la original es más sutil y en un tono más oscuro, en la adaptación parece que sintieron la necesidad de no sólo cambiar este registro, sino también de hacer chistes más básicos y explicar las situaciones de forma excesiva.

La película cumple y entretiene. No aporta nada nuevo pero es diferente del resto de proyectos en los que Neeson se involucró en los últimos años, y ya por eso puede valer la pena.

 

 

 

 

[ratingwidget_toprated type=»pages» created_in=»all_time» direction=»ltr» max_items=»10″ min_votes=»1″ order=»DESC» order_by=»avgrate»]

Julieta Cáceres

Recent Posts

Premios del Festival de Cannes 2023: todos los ganadores

Está en marcha otro año de gran cine.

4 semanas ago

Control Zeta: una ambiciosa apuesta sci-fi con sello local

Cambia el pasado. Salva el futuro.

1 mes ago

Crítica de Creed III: el antagonista al poder

Michael B. Jordan se sube a la silla del director en esta nueva secuela del…

4 meses ago

Ant-Man and the Wasp: Quantumania – No soy yo, sos vos

Una breve crítica de la nueva aventura de Scott Lang, para reflexionar el estado de…

4 meses ago

Crítica de The Whale

Brendan Fraser es la estrella de lo nuevo del director de Requiem for a Dream…

4 meses ago

Tár: pase Maestro, lo estábamos esperando

La película que impulsa a Cate Blanchett hacia su tercer Premio Óscar.

4 meses ago