Crítica de El poder del perro: la otra masculinidad del western

La nueva película de Jane Campion (Un ángel en mi mesa, La lección de piano) es un western dramático que se apoya especialmente en la construcción de atmósferas opresivas que conducirán a un clímax tan turbio como inesperado.

¿De qué va? Los hermanos Phil (Benedict Cumberbatch) y George Burbank (Jesse Plemons) son dos importantes rancheros completamente opuestos. Luego de que George se case con una viuda (Kirsten Dunst) y la lleve tanto a ella como a su hijo, Peter (Kodi Smit-Mchpee) al rancho familiar, Phil dará inicio a una espiral de tensiones y destrucción en la que nada es lo que parece.

El poder del perro es una historia, fundamentalmente, de climas. Gran parte de los episodios que fragmentan la narración de la nueva obra de Jane Campion componen un conjunto de hechos presuntamente intrascendentes -a veces un tanto inconexos- pero que sin lugar a dudas funcionan para la construcción de situaciones/relaciones incómodas y asfixiantes. En efecto, el hecho de que estemos ante un relato donde el énfasis está puesto mayormente en la complejidad de sus protagonistas y no así en las consecuencias inmediatas de sus acciones podría llegar a suponer un problema, que dependerá especialmente de cómo se lea la nueva película de Netflix.

En este caso, la tolerancia del espectador dependerá de intuir lo que hay tras esas atmósferas opresivas, donde poco es lo que sucede pero mucho es lo que se oculta. Interpretar esa contención de resentimiento, debilidades y secretos que exhiben varios de los protagonistas es una condición excluyente para no padecer algo asimilable al tedio o la irrelevancia, ya que la clave de lectura de El poder del perro está en esa delgada línea entre imaginar lo que sucede fuera de cuadro o adherirnos de manera distendida a lo que únicamente sucede dentro de él.

Con un desarrollo al que poco le interesa la sucesión de acciones, la también guionista Campion se concentra en el torbellino de tensiones que provoca Phil (Cumberbatch), un personaje que responde a una construcción de facetas tan rígidas como impredecibles. El imponente ranchero interpretado por el inglés sirve como representación de un contexto -la acción transcurre en 1925- donde desde la concepción de un tipo de masculinidad surgen comportamientos tales como el desprecio a lo que es considerado frágil, la manipulación y la represión/tensión sexual.

No es primordial entender del todo los motivos que impulsan a Phil para ser una figura tóxica y destructiva, aunque sí interesa que, al menos, se suponga qué es lo que lo hace un ser repleto de contradicciones inquietantes, como contar con una educación universitaria y poseer cualidades artísticas mientras se comporta como si fuera alguien completamente elemental.

De hecho, tan explosivo y determinante resulta este personaje que tanto su cuñada Rose (Dunst) como el hijo de ella, Peter (Smit-Mchpee), no poseen rasgos identitarios profundos que vayan más allá de lo que son en el mundo de Phil: dos desconocidos a quienes desprecia por completo. Así, cada uno de ellos es lo que este impredecible ranchero busca o logra que sean. Como contrapartida, su hermano George (Plemons) intenta funcionar como un eje de atracción igual de poderoso, aunque sus búsquedas poco tengan que ver con las de Phil.

Tal como señalamos, El poder del perro es una película de climas y, desde ya, sale airosa en ese aspecto, virtuosamente respaldada por personajes tan complejos como oscuros y por varios aciertos formales que cautivan permanentemente al espectador. De todas maneras, la dilatación y reiteración de ciertas situaciones puede extenuar y hasta llegar a confundir, puesto que algunos tramos irrelevantes no hacen más que estirar el conflicto innecesariamente. Sin embargo, más allá de esta cuestión significativa para quien espere otro tipo de propuesta nos encontramos ante un logrado regreso a la dirección de Jane Campion, destacado especialmente por saber cómo sugerir sin explicitar, aún cuando el colapso total parece ser inminente.

 

 

 

 

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Ignacio Rapari

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