Crítica de Just Mercy / Buscando Justicia

Bryan es un brillante egresado de Harvard, quiere usar su título de abogado para hacer la diferencia y decide defender a los condenados a muerte en Alabama. Basada en una historia real, Just Mercy es un emocionante, aunque por momentos agotador, relato de la injusticia y la opresión hacia los afroamericanos en el sur estadounidense, además de un fuerte rechazo hacia la pena de muerte. 

Después de visitar a un joven de su edad en el corredor de la muerte cuando hacía una pasantía durante la universidad, Bryan Stevenson (Michael B. Jordan) decide dedicarse al derecho penal. Rechazando una lucrativa carrera en el norte del país, se muda a Alabama para defender a aquellos que no tienen los recursos para pagar una defensa. Allí abre una oficina junto con Eva Ansley (Brie Larson) y funda la Iniciativa de Justicia Equitativa, una organización que brindaría asistencia legal gratuita. En un viaje a la cárcel para entrevistar a potenciales clientes condenados a muerte conoce a  Walter «Jhonny D» McMillian (Jamie Foxx), un hombre afroamericano que fue condenado a muerte por el asesinato de una adolescente, pero su condena está basada en un solo testimonio dado por un criminal justo antes de recibir una condena. Bryan dedica toda su energía a su defensa y a la pelea tanto contra el sistema judicial como el pueblo racista, que necesitaba encontrar un culpable con tanta desesperación que inventaron a uno. 

Basada en la verdadera historia de uno de los mayores activistas contra la pena de muerte, Just Mercy narra varios años de lucha contra un sistema podrido y encuentra la manera de ser relevante en la actualidad, aunque transcurra hace 30 años. Jamie Foxx es la mayor fortaleza de la película: su actuación es brillante y conmovedora, con un acento sureño más que convincente y una mirada triste y reservada; su “Jhonny D” es excelente. Por otro lado, Michael B. Jordan está correcto pero no termina de destacarse. Por supuesto que no puede decirse que esté mal porque es un actor talentoso. pero el papel de abogado no es el que mejor le queda. El resto del reparto está excelente, sobre todo Tim Blake Nelson como Ralph Myers, el único testigo que la fiscalía tenía contra Walter.

Con una sólida dirección y un buen guion, Just Mercy es emotiva y efectiva, aunque por momentos se hace demasiado larga. Si bien en ningún momento pierde la atención del espectador, puede hacerse pesada. Sin embargo, el resultado sigue siendo bueno: una importante película sobre el racismo, la discriminación, la injusticia y la lucha por los derechos en Estados Unidos.

 

 

 

 

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