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En plena búsqueda de competir con material propio, TNT ORIGINAL se encarga de cada lunes pasar una película de su catálogo. Entre sus primeras entregas, corrieron debuts de diferentes directores, y a quien le tocó en esta oportunidad es Tony West y una comedia «de terror» con aceptables logros técnicos y muchos errores por corregir. Deadtectives desde el minuto cero propone una idea gastada que ni divierte ni asusta.
La película gira en torno a un reality show que muestra a un grupo de expertos en fenómenos paranormales que quieren comprobar que existen lugares malditos, pero que en realidad sólo se trata de mentiras y pruebas fabricadas con efectos especiales y guiones. Con el rating por el piso y el programa al borde de la cancelación, la única forma de salvarlo es aprovechando el season finale para viajar a una de las mansiones embrujadas más infames de México. Tal como se supone, una vez que el equipo llega descubrirá que los fantasmas existen y que verdaderamente no están preparados para enfrentarlos.
Una idea tan trillada requiere innovación o giros inesperados, conceptos que Deadtectives deja en el camino en pos de cumplir con todo lo que promete ser: una película nada original sumamente predecible e incapaz de hacer reír. Pero por sobre todos los errores que saltan a la vista, el que más le pesa es no saber para dónde y para quién apuntar.
El mayor punto de su indecisión está puesto sobre el «terror». Claro que el foco del filme intenta ponerse sobre la comedia, pero los sustos que se desespera por dar son solo eficientes para un público de ocho años que nunca en su vida vio una película de miedo. Podría ser un logro si esa fuera la intención, pero a partir del humor exagerado queda en evidencia que la audiencia que busca es -por lo menos- unos años mayor. Siendo así el caso, esos momentos que quieren hacer saltar con un jumpscare barato terminan siendo demasiado predecibles y arruinan la mínima chance de rescatar el remate.
La falta de definición estanca también su humor y deja ver que había una buena oportunidad, ya que por pocos momentos funcionaba al recurrir a lo absurdo. El saltar con un hecho ilógico generaba un mínimo ambiente gracioso, pero como inmediatamente después del chiste la película volvía a tomarse en serio persistía la sensación de que nunca había logrado causar gracia. Si desde un principio Deadtectives se centraba en ese tipo de comedia irreverente y ridícula, habría sido el caso de «es tan mala que es buena y divertida».
De la mano le siguen las actuaciones. Para cuando se tomaba en serio, eran demasiado exageradas y sin emoción real. Sin embargo, en los remates absurdos esas interpretaciones extremadamente infantiles y forzadas funcionaban y llegaban a sacar una -pequeña- carcajada. Nuevamente, su error de no definirse le costó caro.
Así y todo, el trabajo técnico de Tony West es remarcable. En vez de limitarse a filmar un bodrio aburrido sin razón de ser, se nota la intención de generar tensión y atrapar entre la acción al espectador. Además de efectos especiales limitados pero efectivos y un maquillaje práctico y realista, lo que verdaderamente se destaca es su trabajo en cámara. Cada plano secuencia fue una sorpresa que supo convertir las escenas de investigación o persecución en un momento entretenido. Claro que una vez cortado el plano, el filme volvía a ser pesado y para nada gracioso.
La cuarta entrega de TNT ORIGINAL confirma que -por ahora- no tienen mucho por mostrar en su catálogo. Lo más importante para una comedia es definir su humor, pensar los chistes y a partir de ellos ejecutar los remates. Deadtectives se olvida de eso, se expone con el miedo que nunca consigue causar, aburre con cada escena y no innova con su poco original historia. Resta esperar que su primerizo director aprenda de sus múltiples errores y mantenga en algún proyecto futuro los logros técnicos que apenas resaltan en su ópera prima.
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