Crítica de Margen de Error

La vida de Iris se desbarata cuando aloja en su casa a Maia, la hija de su gran amiga. Todo lo que parecía consolidado peligra cuando se entera de que la chica está enamorada de una mujer mayor… ¿Será ella?

Margen de Error, Liliana Paolinelli

Iris está en sus 50 y su vida es una rutina fríamente calculada. Su pareja de hace 23 años, su perro, su casa. Pero todo este esquema se desequilibra cuando la hija de una amiga se muda a Capital para estudiar y se entera que se enamoró de una mujer mayor. Margen de Error es la última película escrita y dirigida por Liliana Paolinelli que, con un humor muy peculiar, narra una historia simple y entretenida.

Maia (Camila Plaate) es tucumana, tiene 18 años y, como muchos jóvenes del interior, emigra a Buenos Aires para estudiar. Su primer contacto con la urbe es a través de Iris (Susana Pampín), una amiga de su madre que la hospeda hasta que consiga un departamento. A medida que la historia avanza, la relación entre ambas se va haciendo cada vez más estrecha, Maia confía en ella y la ve como una amiga, le cuenta lo que le pasa y con quien se está viendo, pero es por esto también que Iris empieza a sacar conclusiones y, casi de un momento a otro, se siente atraída por esta joven.

Es difícil etiquetar esta película, pero en el afán de encasillar, podría decirse que es una comedia. Funciona como tal y hace reír al espectador, pero no es sólo eso. Es una introspección de Iris, es ver y sentir lo que le pasa a esta mujer, la disconformidad con su rutina y la necesidad de encontrar algo nuevo, de cambiar lo conocido, sea como sea.

Margen de Error es una linda historia con grandes actuaciones y una dirección que se siente y se ve personal.

7 puntos

 

 

 

 

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