Crítica de Me Before You / Yo Antes De Ti

Lou es una joven de pueblo chico atrapada en trabajos sin futuro, y Will es un muchacho que ha conocido el éxito durante toda su vida pero que se encuentra atado a una silla de ruedas luego de un accidente. Él no ve el sentido de vivir hasta que la conoce y la contrata como su cuidadora por seis meses.

Me Before You, Emilia Clarke

Últimamente, todas las películas románticas caen bajo ciertos preceptos. O son un dramón infumable como todo lo que sale de la factoría de Nicholas Sparks, o sorprenden en su exploración del romance cercano a la muerte como la adorable y lacrimógena The Fault in Our Stars, por poner algunos ejemplos sencillos. Me Before You combina la simpleza de las historias de Sparks con el concepto de mortalidad finita de otras, y los sazona con una agradable pareja protagónica que alza el conjunto, al punto de que se deja ver a pesar de sus previsibilidades.

En una simple pero efectiva escena inicial, el todopoderoso magnate Will Traynor -el ascendente Sam Claflin– tiene un accidente que lo deja postrado en una silla. En su camino se cruza la energética y efervescente Lou -nuestra Khaleesi querida Emilia Clarke– quien tiene la tarea de acompañarlo en este duro tramo de su vida. Él tiene una manera fría y cínica de ver la vida tras lo que le sucedió. Ella es una batería de optimismo que nunca parece acabarse. ¿Logrará derretir el corazón del otro? No es muy difícil prever los caminos que recorrerá la película de Thea Sharrock -basada en el guión de la propia autora del libro homónimo, Jojo Moyes-, pero sin embargo la luminosidad de Clarke y la caballerosidad que destila Claflin hacen que la dupla y su viaje sean muy interesantes de ver.

Ambos tienen una respetable química, aunque la que verdaderamente brilla es Emilia en un papel que le permite dar rienda suelta a sus dotes de comedia, con muchos detalles físicos que le dan mucha personalidad a su Lou, una joven mujer cuyo rumbo en la vida todavía no ha sido encontrado y se conduce alrededor con peculiares atuendos bastante chillones. Claflin, de forma sorprendente acorde a la discapacidad de su personaje, se mantiene con su ropa intacta durante el 90% del metraje, lo que le da al actor la oportunidad de elevarse por sobre la meta quien muestra todo y construye una personalidad con su rostro y poco más, debido a que no puede moverse de la cintura para abajo. Hay algo muy estimulante en presenciar un romance postrado y no a un caballero imposible que llega montado a caballo a salvar a su damisela, lo cual le aporta un sabor diferente. Otra baza fuerte es el peliagudo tema que tocan tanto la novela como el guión, que lleva a lo que podría llamarse un final controvertido, pero que al fin y al cabo no traiciona el espíritu de la historia ni tampoco atenta con las expectativas del espectador.

Por supuesto, Clarke y Claflin no son los únicos presentes en la película, sino que pasan su tiempo rodeados de grandes actores británicos como Charles Dance -compartiendo escenas con Emilia, cosa que nunca hizo en Game of Thrones– y Janet McTeer como los preocupados padres de él, mientras que Matthew Lewis -un casi irreconocible Neville Longbottom de Harry Potter– tiene la tarea de enturbiar las aguas como el novio de ella, que tiene algunas de las mejores escenas pero también provoca conflictos que parecen diseñados solamente para que haya piedras en el camino de los protagonistas.

Me Before You cumple con todos los preceptos que las películas románticas de hoy en día tienen, aunque es lo suficientemente inteligente como para alejarse un poco de los lugares comunes antes de volverse predecible. Una linda historia, una dupla adorable y agraciada, y la capacidad de hacer que más de uno saque los pañuelos descartables. Es más que suficiente para disfrutarla.

6 puntos

 

 

 

 

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