Crítica de Red Joan / La espía roja

Joan Stanley es una encantadora anciana que una mañana es detenida por el MI5, acusada de espionaje y de proporcionar información a la Rusia comunista durante los años ’30.

Red Joan, La Espía Roja, Judi Dench, Sophie Cookson

Siempre hay que tener cuidado en las películas basadas en hechos reales. Ya sea casos que siguen los sucesos a rajatabla que desafían la imaginación de las mentes más inventivas, o se toman licencias artísticas para ensalzar historias insulsas y volverlas más verídicas, es una balanza sensible cuyos elementos desequilibrarían el punto medio fácilmente. Films que entrecruzan el drama y el espionaje no escasean en el medio, por eso es que la inconsecuencia de Red Joan golpea con dureza el suelo cual saco de papas, en donde un proyecto frío y desapasionado desperdicia una historia sacada de la primera plana de los diarios que prometía.

Decir que Red Joan está protagonizada por la legendaria Dama Judi Dench es quedarnos cortos. La excelente actriz es el punto de partida de la trama, que se dispara cuando una adorable anciana es detenida por el MI5 acusada de traición a la Patria. De aquí en adelante, el arco narrativo de Dench consiste en poquísimas escenas, que son el trampolín hacia el pasado del personaje, que apunta a correr el velo de las graves acusaciones que enfrenta la octogenaria mujer. El peso del relato recae en la joven Sophie Cookson (la saga Kingsman) quien hace lo que puede con un guion carente de inspiración y sustento dramático.

Red Joan, La Espía Roja, Judi Dench, Sophie Cookson

Escrito por Lindsay Shapero, basado en la novela de Jennie Rooney -ambos inspirados en la vida de Melita Norwood-, propone una mirada elevada sobre el mito de esta espía en la vida real, pero reimagina tantas cosas que provocan incredulidad en la platea. Un rápido vistazo a la biografía de la verdadera Norwood revela las licencias tomadas en la adaptación. No está mal maquillar y darle el potencial requerido para que la vida de la espía cobre tintes cinematográficos, pero Red Joan carece de suspenso y escenas de tensión. Apenas se establece el conflicto dramático y moral de la protagonista, en medio de uno de los romances más rápidos que se han visto en pantalla últimamente, que de buenas a primeras ya la tenemos intercambiando información confidencial, ayudada por el machismo incipiente de la época, fachada casi perfecta pero poco aprovechada para remarcar uno de los puntos más salientes del film. Muy en lo profundo se encuentra un mensaje desaprovechado, que apunta a las motivaciones de la espía en sus acciones, pero está tan masticado que no hay lugar para los grises y claroscuros. Sus personajes son marionetas pobremente utilizadas, que nunca terminan de generar un interés genuino por sus decisiones y destinos.

Entre el pasado y el presente, la Red Joan deambula a través de un diseño de producción acorde a una propuesta británica, bien estilizada pero dirigida en forma cansina por Trevor Dunn, un realizador que proviene del ámbito del teatro cuya última película fue Twelfth Night, en 1996. Hay un desfasaje temporal entre una y otra, y se nota a la legua que fue un trabajo por encargo, ya que no hay ningún aporte artístico por fuera de la norma convencional en este tipo de adaptaciones. A pesar del pedigree actoral en pantalla, es muy difícil remontar un drama de espías con poca tensión, y menos se logra si una genia como lo es Judi se ve acotada en la trama a no más de 15 minutos en pantalla. Cuando ganó su merecido Oscar por Shakespeare in Love, estuvo presente en cuatro escenas por un total de seis minutos. Acá está el doble de tiempo en pantalla, pero Shakespeare in Love era una excelente película, y Red Joan ni siquiera supera la media.

4 puntos

 

 

 

 

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