Crítica de Supernova / Un amor memorable

Sam y Tusker están viajando por Inglaterra en su vieja casa rodante para visitar a amigos, familiares y lugares de su pasado. Desde que a Tusker le diagnosticaron demencia hace dos años, su tiempo juntos es lo más importante que tienen.

Supernova es el título del segundo filme del director británico Harry Macqueen (Hinterland), un intenso e íntimo drama que nos invita a adentrarnos en un momento de la vida de una afectuosa y veterana pareja gay, interpretada magistralmente por los actores Colin Firth (The Secret Garden, 1917, Mary Poppins Returns) y Stanley Tucci (The Witches, The Silence, Submission).

El nombre del filme se ajusta perfectamente a la historia que se nos cuenta, pues, como una supernova, esta historia no sólo nos muestra el intenso amor que desde hace 20 años se profesan el novelista Tusker (Tucci) y el concertista de piano Sam (Firth), sino que nos habla de cómo el amor verdadero no termina tras el estallido final, sino que se prolonga y permanece.

Macqueen expone en cada toma el inmenso cariño que la pareja se tiene y esto se puede evidenciar desde los primeros minutos del filme, en los cuales podemos observar cómo Sam abraza cariñosamente a Tusker, mientras éste duerme. Esta breve escena se convierte en un leitmotiv que nos recuerda que Sam está allí para apoyar a Tusker, quien años atrás había sido diagnosticado con demencia, por ello, cada momento juntos se convierte en un inmenso regalo.

Por esta razón, con la finalidad de afrontar tan dura enfermedad, Sam y Tusker deciden realizar un viaje a través de Inglaterra, el cual les permitirá revivir hermosos recuerdos, visitar lugares antes recorridos, reencontrarse con viejos amigos, retomar la carrera musical de Sam, pero por sobre todas las cosas descubrir la posición que cada uno de ellos tiene ante la certeza de saber que pronto la enfermedad de Tusker se apoderará completamente de él, hasta el punto de convertirlo en un ser sin recuerdos.

Ante esta realidad, la interrogante que parece prevalecer en la película es: ¿Cuánto podemos amar?, lo que su director trata de responder con cada gesto, cada mirada y cada palabra. En este último punto vale la pena enfatizar lo hermosamente dialogada que se presenta la película en un sobrio y emotivo guion escrito por el propio Macqueen. Basta, por ejemplo, con mencionar esta poderosa frase que Tusker le dice a Sam, la cual define grosso modo la película: “Quiero ser recordado por quien yo fui, no por quien estoy a punto de convertirme”.

Asimismo, los memorables diálogos se fortalecen -como ya mencionamos- con las impecables actuaciones de Firth y Tucci, quienes logran expresar la complicidad, el cariño, la compresión, la ternura, el entendimiento y las discusiones de una pareja que ha vivido junta por muchos años. De allí que no es difícil que nos identifiquemos con estos personajes, aunque, como espectadores, veamos sus vidas pasar desde afuera.

Aunque Colin Firth y Stanley Tucci, están acompañados de otros reconocidos actores ingleses, tales como James Dreyfus, Pippa Haywood y Sarah Woodward, no queda la menor duda de que, todo el peso de la historia cae en los hombros de ambos actores, quienes terminan compartiendo el protagonismo de la obra.

Además, no podemos pasar por alto la hermosa cinematografía de Dick Pope, quien a través de su cámara no sólo logra atrapar los majestuosos paisajes naturales ingleses, sino el sentimiento, la melancolía y la cercanía de la pareja, sin prisa ni apabullamiento, que al final se nos muestra como un lienzo cubierto de trazos muy tiernos. Por ejemplo, esto lo podemos apreciar en el momento que Sam revisa lo que parece ser el último manuscrito de Tusker y observa con dolor cómo a través del mismo se refleja claramente el deterioro mental que está sufriendo su gran amor.

Y, finalmente, para complementar todo lo anterior, la banda sonora, compuesta por el cantautor y poeta inglés Keaton Henson, se ajusta perfectamente a la sensibilidad poética del filme.

Si bien este largometraje de Harry Macqueen puede resultar clicheroso para algunas personas, otras tantas sabrán disfrutar de un drama de amor y mortalidad que nos invita a reflexionar sobre las cosas que realmente son importantes en la vida, siendo el amor la primera palabra que debe estar en la lista, mucho más allá del momento en que la estrella se apague.

 

 

 

 

[ratingwidget_toprated type=»pages» created_in=»all_time» direction=»ltr» max_items=»10″ min_votes=»1″ order=»DESC» order_by=»avgrate»]

Erick García

Cinéfilo, Seriéfilo, Entusiasta de los Videojuegos, lector de comics, fanático de Iron Maiden, Educomunicador, Profesor e Investigador del @ININCOUCV

Recent Posts

Premios del Festival de Cannes 2023: todos los ganadores

Está en marcha otro año de gran cine.

4 días ago

Control Zeta: una ambiciosa apuesta sci-fi con sello local

Cambia el pasado. Salva el futuro.

3 semanas ago

Crítica de Creed III: el antagonista al poder

Michael B. Jordan se sube a la silla del director en esta nueva secuela del…

3 meses ago

Ant-Man and the Wasp: Quantumania – No soy yo, sos vos

Una breve crítica de la nueva aventura de Scott Lang, para reflexionar el estado de…

3 meses ago

Crítica de The Whale

Brendan Fraser es la estrella de lo nuevo del director de Requiem for a Dream…

3 meses ago

Tár: pase Maestro, lo estábamos esperando

La película que impulsa a Cate Blanchett hacia su tercer Premio Óscar.

3 meses ago