Crítica de Swan Song: un complejo drama familiar disfrazado de ciencia ficción

Un filme que se disfraza de ciencia ficción para adentrarnos en un complejo drama familiar en donde el tema de la vida y la muerte toma un tono filosófico y ético.

¿De qué va? Ambientada en el futuro, narra la historia de Cameron, un adorable esposo y padre de familia al que le diagnostican una enfermedad terminal, y a quien su médico ofrece una solución alternativa que podría evitarle a su familia el dolor del duelo. Mientras Cam decide sobre si debe alterar o no el destino de su familia, aprenderá más sobre la vida y el amor de lo que jamás hubiera imaginado.

Toda película protagonizada por Mahershala Ali (Green Book, Moonlight) merece ser vista y Swang Song no es la excepción. En esta ocasión el director irlandés Benjamin Cleary, de la mano con Apple TV+, nos regala una interesante, humanista y conmovedora obra que se mueve entre la ciencia ficción y el drama familiar. Un filme, cuyo guion -escrito por el mismo Clary- nos adentra a la vida de Cameron (Mahershala Ali), un exitoso diseñador gráfico que vive una vida feliz con su amada esposa Poppy (Naomie Harris) y su hijo Cory (Dax Rey). Lamentablemente, Cameron sufre una enfermedad terminal y le aterra dejar a su familia desamparada sin su compañía, por ello -con la finalidad de evitarles un gran dolor- decide buscar una solución a esta situación y con la ayuda de la doctora Jo Scott (protagonizada por la aclamada Glenn Close) Cameron decide crear un clon de él, para que así éste pueda sustituirlo tras su muerte.

Con una premisa realmente inquietante y polémica, la cual nos recuerda muchísimo al episodio titulado Tom, de la serie Solos -creada por David Weil-, Benjamin Cleary se arriesga con el desarrollo de una historia con altas dosis de planteamientos éticos; sin embargo, en vez de realizar un relato aleccionador, Cleary prefiere dejar en manos de los espectadores cualquier cuestionamiento, dejándonos al final con más preguntas que respuestas, lo cual resulta realmente positivo para el filme, pues le otorga cierta carga de existencialismo que le aporta mayor enganche con la audiencia.

Si bien este es el primer largometraje de Benjamin Cleary, su debut no se manifiesta en una obra sencilla, por el contrario, nos deleitamos con una obra compleja -filosóficamente hablando- cargada de sensibilidad, cuya peculiar forma de debatir sobre la vida y la muerte,  el amor y el sacrificio, la convierte en una de esas joyas ocultas que no debería pasar desapercibida. Swan song es una cinta de ciencia ficción que se encuentra a la altura de filmes como Ex-Machina, de Alex Garland y Her, de Spike Jonze. No en vano Claery decide llamar a su película el “Canto del Cisne”, haciendo referencia a aquel antiguo mito que nos cuenta que los cisnes cantan una hermosa melodía poco antes de morir.

En este sentido, el trabajo de Claery como director y guionista resulta impecable y esto -además- se refuerza con un trabajo fotográfico y una puesta en escena hermosos, minimalistas y futuristas -a cargo de Masanobu Takayanagi (Stillwater, Spotlight)- en la que Mahershala Ali se mueve a su antojo. Es decir, los espacios parecen estar creados no sólo para llevarnos a un creíble mundo futurista, sino para que el mismo se mimetice con el sorprendente histrionismo de Ali.

En Swan Song queda demostrado -una vez más- el asombroso potencial actoral de Mahershala Ali, quien logra que su personaje o, mejor dicho, sus personajes, estén envueltos en una montaña rusa de emociones que trascienden la pantalla. En el filme Ali interpreta a dos personas -a Cameron y su clon Jack- y con cada pequeño cambio en su mirada, cada lagrima, cada sutil gesto, logra transmitir las emociones de cada uno de ellos, haciendo que su interpretación se sienta tan genuina y real que la audiencia logra conectar con ambos. Asimismo, su actuación se ve fortalecida con el trabajo de su compañera Naomie Harris (No Time to Die, Venom: Let There Be Carnage), ya que, es tal la química de ambos actores que el amor es palpable ante la mirada ingenua del espectador. También, vale destacar las actuaciones de Glenn Close (Hillbilly Elegy, Four Good Days) y Awkwafina (Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings, Raya and the Last Dragon), cuyas participaciones son fundamentales a la hora de contextualizar el desarrollo de la trama.

En resumen, podríamos decir que, si bien el tema de la vida y la muerte ha sido tratado en infinidad de películas, Benjamin Cleary ha logrado plasmar este tema con elegancia, creando una película independiente de ciencia ficción conmovedora que es capaz de hacernos cuestionar la vida misma y preguntarnos ¿hasta dónde somos capaces de llegar con la finalidad de evitar el dolor de nuestros seres queridos?

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