Crítica de The Big Wedding / El gran casamiento

Con motivo de la boda de su hijo adoptivo, Ellie Griffin regresa a su antiguo hogar 10 años después de que su marido la engañara con su mejor amiga, con la que vive desde entonces. Juntos deberán montar una actuación como matrimonio feliz para no ir en contra de las creencias de la madre biológica del muchacho.

The Big Wedding, Robert De Niro

The Big Wedding, basada en el film original francés Mon frère se marie, es un claro ejemplo de todo lo malo que genera la comedia costumbrista estadounidense, un despropósito tan grande que ni las aplastantes figuras en el elenco pueden salvar.

Es impensable la cantidad de películas que recurren al tópico de una boda con traspiés en el género de la comedia. Hay algo inevitablemente caótico que genera que estas producciones se sucedan una tras otra y el quid de la cuestión radica en que las tramas pueden resultar similares pero el talento actoral tiene que destacar y llamar la atención. Si uno ve el póster, se puede dejar llevar por los nombres de Robert De Niro, Diane Keaton y Susan Sarandon como trío con mayor kilometraje delante de las cámaras, pero la sorpresa que nos depara no es grata, sino todo lo contrario. Una comedia debe tener un mínimo argumento interesante, radicalmente diferente a otras del mismo estilo, pero el guión de The Big Wedding elige ir por el terreno seguro y jugar sus cartas más bajas, las que de seguro generan conflictos hilarantes. Pero no.

La gran falla argumental del director y guionista Justin Zackham es que ni siquiera su historia queda a mitad de camino entre la comedia o el drama. Todos sus intentos por ganarse una carcajada o una mísera lágrima por parte de la platea son nulos, no tienen la suficiente potencia como para lograrlo. Los chistes son escasos y se notan cansados, así como también a los protagonistas, que caen en el peor pecado de todos: actuar por el cuantioso cheque y entregar un 10% de su talento al proyecto. ¿Cuántas veces hemos visto ya a Diane como la divorciada madre de un clan? ¿Es ese Robin Williams repitiendo el papel de cura que ya vimos en esa otra película? ¿Susan ha perdido el norte y terminó en este telefilm? La lista sigue: desde el momento en que uno de los hijos del matrimonio se dice célibe hasta encontrar el amor y que el novio tiene una hermanastra colombiana, el destino de esa línea argumental está sellada, sin sorpresas. ¿Acaso no había disponible un potable actor latino para interpretar al adoptado y sin embargo nos quedamos con el inglés Ben Barnes, de pasable acento castellano?

The Big Wedding es lo que un fin de semana de lluvia podría considerar pasable, pero que con su historia en tono de comedia atrasa años luz y resulta francamente milagroso su estreno en salas comerciales. Lo siento mucho, Diane, Susan y Robert, pero esta vez, los pulgares van hacia abajo.

3 puntos

 

 

 

 

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