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En Villa Quien viven los habitantes más felices que uno puedo conocer. Cantan y bailan, saludan y abrazan. Todos son amigos, como es debido. Y cuando la Navidad llega todos se alegran, es la fiesta preferida de esta gente colorida. Pero no todos son felices. Allá en la montaña, en una cueva solitaria, el Grinch se aísla de toda esa alegría. Odia la Navidad y siempre lo hizo, pero este año no se va a quedar de brazos cruzados. Junto a su fiel amigo Max, planearán y complotarán para esta fiesta poder robar.
Habiendo agotado toda mi capacidad de rimar, voy a continuar la reseña como una persona normal. El clásico cuento de Dr. Seuss vuelve a ser adaptado, esta vez en animación 3D. La historia es la que ya conocemos: un quien verde y amargado intentará robar la navidad y destruir la insoportable felicidad de todos los demás. Esta vez quien interpreta al icónico personaje es Benedict Cumberbatch, pero eso sólo lo sabrán los nenes que hablan inglés. La película tiene un público especifico al que está dirigido: cualquier niña o niño de más de cinco años se quedará fascinado por esta historia. La animación da una gran ventaja y permite hacer a Villa Quien un lugar más mágico, colorido y lleno de seres simpáticos y entrañables.
Pero el Grinch no es el único protagonista de esta historia. Cindy Lou Who es una niña que quiere encontrar a Santa para pedirle un deseo: que su mamá sea feliz. Donna (Rashida Jones) es una madre soltera que trabaja de noche y en el día se ocupa de sus dos gemelos y Cindy Lou sin demostrar cansancio. Su hija sólo quiere que las cosas sean más fáciles para ella y por eso arma un riguroso plan, con la ayuda de sus amigos, para poder hablar con el barbudo de los regalos en Nochebuena.
El plan del Grinch es el de siempre: robarse la navidad disfrazado de Papá Noel y todas las escenas que muestran la planificación son geniales. La película es divertida, graciosa y muy tierna. Tiene al mejor perro sidekick que se haya visto en mucho tiempo, un reno con sobrepeso que desborda ternura y una cabra que grita. Otro gran personaje es Mr. Bricklebaum, el vecino del Grinch y el Quién más feliz que existe, y la voz de Kenan Thompson es perfecta para este entrañable entusiasta.
Pharrel Williams le da la voz al relator y hace que todas las rimas suenen bien –tarea que, teniendo en cuenta el primer párrafo, es muy difícil-. La película nos presenta una historia que ya conocemos, pero con más ternura y color. Una gran opción para los más chicos pero que también disfrutarán los adultos. Y antes de la proyección hay un corto de los Minions que demuestra que estos adorables seres amarillos son muy efectivos, en tanto y en cuanto vengan en pequeñas dosis. Una historia de cinco minutos en la que es imposible no reírse.
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